Mondich es
el hombre más apocado, tímido y pasmoso de Clownsbourgh. Una masa visigoda de
dos metros de altura y ciento setenta kilos de peso que, sin embargo, salta con
el sólo surgimiento de una idea en su cabeza, teme que algún ave un día resbale
y caiga de los techos o árboles, y cree que un relámpago “pudiera” anunciar el
fin del mundo; pero aparenta aplomo y serenidad, por lo que jamás nadie lo
imaginaría en una lucha abierta o en una discusión, mucho menos con su mujer.
-Te duermes.
Hoy tengo que salir.
-¿Quieres
que te acompañe?
-¡Mondich! Dije:
tengoquesalir, no, tenemosquesalir.
-Es muy
tarde.
-Te duermes.
Regresaré tarde.
A ciencia
cierta nadie sabe cuál es su trabajo en el palacio, sí se presume que el
marqués Stronwurst, amo, señor y tirano de Clownbourgh lo protege; se dijo una
vez que Mondich era su espía y que a ello se debía el camuflaje de su carácter.
Pero, dados a la reflexión –que para eso pintan bien-, algunos clérigos asumen
que es algo más importante, y así se lo han hecho saber a sus ardientes seguidores
en la conjura.
-¡Cuidaos de
Mondich, es peligroso!
-Mi marido
no mataría ni a una mosca.
-No nos
hagáis desconfiar también de ti, Garmata.
-¡Nos faltan
ballestas!
-En palacio
hay muchas –indicó truculentamente “alguien”, y sólo eso puedo decir porque los
lectores no están autorizados para conocer sus identidades, salvo la de los
protagonistas, ni a qué se dedica Mondich. ¡Que es una conjura, por Dios!
Pero las
conspiraciones aún no habían alcanzado su satánica perfección como la de Nixon
o los Bush, por decir algo, o la cronométrica mortandad como la del Pentágono o
el palacio de Buckingham, no, estaban en pañales, y una pequeña fisura en su
silente entramado llenó los sótanos del palacio con: “Nosfaltan. Niaunamosca.
Desconfiartambién. Nomataría. Ballestas. Nonoshagáis. Haymuchas. Deti.
Espeligroso. Enpalacio. Cuidaosdemondich”, y otras arrepentidas y enfriadas
voces.
Como todos
los días, Mondich ingresó al palacio en la madrugada y fue detenido para
indicarle que tenía trabajo al mediodía. Un presentimiento se incrustó en sus sienes.
Su mujer no había vuelto a casa, no era la primera vez, pero tendría que
abandonarla, principalmente porque “alguien” se enteraría de ello y la palabra “cornudo”
no le era muy simpática.
Preparó su
traje ceremonial, como siempre, muy cuidadosa, deliciosa y amorosamente. Su capucha,
la pequeña capa, su pantalón de cuero, el grueso cinturón y sus botas negras,
¡no he olvidado ninguna camisa porque no la usaba! Su trabajo lo realizaba con
el torso desnudo. El marqués se lo había dicho (a solas, en su recámara, una
madrugada cualquiera): “Te ves más
impresionante con el pecho desnudo”. Y en no siendo ésta una declaración
para enviar por correo, no firmaba nada, y sí lacraba en la boca de Mondich,
¿qué creen? Pues eso, un beso.
Desde su
ventana, en el torreón Este del palacio vio –toda la mañana- cómo entraba y
salía gente, especialmente de la iglesia, y cómo los mirones, morbosos y
maliciosos de siempre, entiéndase el pueblo, comenzaba a hacer guardia para
verlo realizar su trabajo con su impresionante pecho desnudo (según el marqués).
Llegada la
hora se abrieron las puertas del castillo y le fue permitido entrar al pueblo,
es decir, a los mirones, morbosos y maliciosos de siempre. En el cadalso ya
estaban los doce condenados a muerte, un clérigo extremauncionero, el legalista
del marqués y dos guardias, quienes colocarían la cabecita del condenado en el
grueso tronco. Cumplidos los actos de rigor, y desde un balcón, el marqués alzó su
mano izquierda y comenzó a subir al cadalso, hacha en mano y con su
impresionante pecho desnudo, el verdugo. Un: “¡No
lo hagas, Mondich!”, alertó a los guardias quienes taparon inmediatamente la
boca de Garmata, la única mujer condenada y la primera en ser llevada ¡no!
Arrastrada al tronco. Y contrario a lo que hubiese pensado Mondich, un
entusiasta culebreo de voces lo alentó a ser certero en el cuello de su mujer.
¡Mondich, Mondich, Mondich, Mondich!
Nadie vio la
amplia sonrisa adentro de la capucha de Mondich, yo sí, porque, por algo soy el
autor.
Mire lo que vengo a encontrar deambulando por internet con los ojos un poco borroneados ya de tanto día...
ResponderEliminarQué bueno ver que a vuelto a sus andanzas en este genial blog. ¡Tremendo relato cuya maestría y fuerza compiten furiosamente en tamaño con el que porta el protagonista!
Me divertí en cada renglón.
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar:) En plena forma, señor Díaz-Escamilla.
ResponderEliminarNo sabe cuánto me alegra su regreso.
Las letras estaban tristes sin su imaginación inteligente.
Un beso integral.
holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa amigo juliooooo a mi me ha gustao tambien tienes un don para explicar y relatar todo en ti es gentileza con una obra maestraaaa QUE ME ALEGRO EN EL ALMA LEERTE DE NUEVO
ResponderEliminar!! Amigo !! grande eres muy grande besitosssssssssssssss de con cariñooooooooooooooo
Julio, estas tragicomedias nos traen aire fresco para el fin de semana, no enterarnos de nada más, solo leer tus relatos, gracias, un abrazo!
ResponderEliminarJulio que gusto me da verte escribir con esta maestria tuya de siempre,
ResponderEliminarEs un lujo y un placer leer tus relatos, siempre interesantes.
Besos
Vienes pisando fuerte, como siempre lo hiciste, Julio.
ResponderEliminarUfff, que congoja me ha dado!! Tengo escalofríos en mi cuello a pesar de no haber sido infiel (salvo de pensamiento, que a este no hay quien lo domine, jajaja!!) nunca en mi vida.
Besos.
Al acabar el relato ha nacido mi sonrisa.
ResponderEliminarUn relato espléndido.
Saludos.
Emanuel Hernán Carrizo: Yo le diré qué es lo bueno, escritor amigo, ¡que el cumpleañero venga a festejarlo en Hablapalabra! Un millón de felicidades, don Emanuel, que disfrute este maravilloso día, y que la salud, el amor, la abundancia y la creatividad escritural le acompañen siempre. ¡Hoy es día de fiesta! Abrazos.
ResponderEliminarUFFFFF, TODO TENEBROSO!!!! EXCELENTE RELATO.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Hola, Julio. Llego a tu blog porque he sentido curiosidad al leer comentarios en otros blogs que sigo. Pues sí, me gusta tu blog. Eres un excelente narrador, has creado una perfecta ambientación en esta historia tenebrosa, pero al final sonrío con el guiño de complicidad que haces al lector.
ResponderEliminarUn saludo.
Lucía Conde Parmés: Apreciada Lucía, agradezco en todo lo que vale, no sólo el comentario y los conceptos vertidos, sino vuestra presencia en Hablapalabra. De alguna manera resulta gratificante sentir que -poco a poco- volvemos a reunirnos en el abrazo de la amistad. Ahora, no he encontrado un blog o lugar donde este servidor pueda también saludarte. Un beso condal.
ResponderEliminar! EMBRUJO !CuAnDo El SiLeNcIo cRuJe: ¡Mi querida Embrujo! Ha saltado la página -ya me reclamó blogger- y más de otro blog ha trastabillado por tu entusiasta y contundente entrada y saludo. Gracias, querida mía, aquí estamos y estaremos para lo que mi poeta (con sus cosas de loca) tenga a bien solicitar. Besos.
MI rinconcito: http://poemasprohibidosdeluciconde.blogspot.com.es/
EliminarUn beso integral.
maria cristina: Gracias, María Cristina, y sin ser aguafiestas presumo un toquecillo tristón en tus palabras, espero estar equivocado y sea sólo el cielo de esta nublada tarde gris salteña la que me dispara la dicha percepción. Cariños mil para ti y tu familia.
ResponderEliminarTita: Este autor se emplea a fondo, no para presumir de talento ni mucho menos, sino para que una lectora -amiga apreciada- como tú lo disfrute y lo disfrute y lo disfrute. Un beso agradecido.
merche marín: A mí, lo confieso, me resultó jocoso escribir un poco sobre Mondich, pero el fenómeno literario sigue siendo un misterio, produce lo escrito una y mil sensaciones diferentes en quién sea quien lo lea. Lamento el escalofrío, celebro vuestra fidelidad y agradezco que ¡todo el granero interior esté aquí! Un beso.
TORO SALVAJE: También he sonreído con vuestra sonrisa y la de Mondich. ¡Sea, que varios nos hemos reído! Un abrazo, Xavi.
ResponderEliminarReltiH: Gracias, poeta, aprecio vuestra llegada y comentario. Abrazos.
Fanny Sinrima: Gracias, Fanny, y bienvenida a Hablapalabra. Te sentirás muy bien aquí, habitan este lugar gente maravillosa y talentosa ¡gente como tú! Sensible, culta y humanística. Un abrazo.
ResponderEliminarVolviste
ResponderEliminarque bueno me encnta como escribis
Hola Julio, caray como has mantenido el suspense hasta el final con el oficio de Mondich, lo que menos esperaba era que fuese verdugo, yo me iba haciendo la idea de que era o bien un guía del castillo o un "stripper", lo siento, a estas horas las neuronas todavía no están en su sitio:)
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo el relato y ese final ufff, no quiero imaginarme la sonrisa sádica de Mondich al deshacerse de esa forma de su mujer, encantada de leerte Julio:)
Besos.
Y nadie como el autor para saber bien de los gestos vistos y no vistos de sus creaciones...
ResponderEliminarBuen relato donde la sorpresa, aún intuida tras ese torso desnudo y el cadalso, queda para el final.
Como debe ser.
Un placer volver a leerte.
Besos.
Otra vez tu duende travieso haciendo de las suyas,hay que tener talento para escribir estas tiras cinematográficas que nos transportan a otra dimensión.
ResponderEliminarBESOS
Suspense hasta el final Julio.
ResponderEliminarPero medio avisado cuando su mujer no llega a casa y la palabra "cornudo" no le resulta simpática, muy buen relato que guarda algo escondido de la satánica perfección de los poderosos de pasados recientes y de nuestros días, que haberlos los hay.
Un buen domingo y un abrazo.
Ambar
Julio, no es tristeza personal sino cansancio por tantos desaciertos en nuestro querido país, esperemos que pronto nos llegue la luz, un abrazo!
ResponderEliminarRECOMENZAR: Celebro satisfacer el gusto de una dama y escritora amiga. Un beso.
ResponderEliminarPiruja: El encantado soy yo, querida Piruja, por vuestra lectura, apetencias como lectora y conceptos. Feliz Domingo. Abrazos mil.
Marinel: Es este aprendiz de escritor, querida Marinel, quien se goza con ese hermanado pálpito de vuestras visitas y opiniones, ¡invaluable! Gracias por tanto, poeta amiga. Besos.
Me gusta tu estilo elegante, irónico y templado para emprender esta original historia con un final ciertamente sádico-humorístico...Siempre dicen que las apariencias engañan y que llevamos dentro un ángel y un demonio...Mondich, sin duda es un vengativo demonio, cuya frialdad nos deja helados, al mismo tiempo que admiramos tu capacidad literaria y tu amor por las letras, que hoy prueba nuestro sentido del humor...Julio.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande. Feliz domingo, amigo.
M.Jesús
graciela FERNANDEZ: Sí, querida Graciela, este duendecillo anda inquieto y saltarín por las galerías de la inventiva y, qué decirte, ¡pues que lo dejo hacer! Gracias mil por vuestra visita. Un beso.
ResponderEliminarAMBAR: Garmata seguirá pensando, adonde quiera que vayan los ejecutados, que Mondich es incapaz de matar a una mosca, en fin. Un maravilloso Domingo para ti y familia. Abrazos mil.
maria cristina: Como huésped en vuestro maravilloso país no puedo pronunciarme al respecto -aunque también soy víctima de los desaciertos-, sólo digo que no hay que darle palo al estafador sino al estafado. Que el día sea pleno para ti, lleno de luz. Un abrazo.
Mª Jesús: Aprecio grandemente los calificativos, el cariño, tu presencia y los buenos deseos. Es mucho, lo digo, para este servidor vuestro. Abrazos mil y te esperamos siempre.
ResponderEliminarMe ha pasado como a Toro, me ha provocado una sonrisa el final, jamás lo hubiera imaginado. Magnífico.
ResponderEliminarBesos
A eso se le llama estar harto de verdad. Mejor estar lejos de él.
ResponderEliminarBesos Julio.
María: No puedo concentrarme en tu comentario -el cual agradezco-, querida María, porque no aparto de mi mente las escenas de tu amada madre, así que perdona que no me refiera a él y te pida, con el corazón: Fortaleza y que todo el tiempo del que dispongas lo compartas con ella, y, aunque no te escuche y sí te oiga, háblale, dile lo que tú quieras, amorosamente quieras. Disculpa que me entremeta, pero, ya quisiera tener a mi madre ¡como fuera! En fin. Si de algo te sirve, yo perdí a la mía cuando tenía ocho años de edad ¡una vida sin ella! Que la has disfrutado y tenido, querida. Vaya que sí. Un beso.
ResponderEliminarion-laos: Gracias, Ion Laos, por venir y dejarnos tus apreciaciones. ¡Cuida tu espalda, hombros, cuello y todo! Incluyendo a vuestro Pixi.
Un beso.
Me encanta verte entre nosotros, tan maestro, tan Julio, tan tú, queda al descubierto tu genialidad en este relato que me ha sacado el miedito y la sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo grande y linda semana
Saludos en la mañana amigo Julio, es todo un placer para la vista y el intelecto la forma en la que coses las palabras, cuidadosamente entrelazadas. ¿Qué puedo decirte? Me ha encantado la historia - de principio a fin - eres capaz de mantener la atención y curiosidad del lector. Me ha gustado el toque final, muy al estilo 'unamuniano' en Niebla. ¡Me he quedado con ganas de más! Un beso fuerte, que tengas un fantástico día.
ResponderEliminarJulioooo genial, como siempre todo lo creado por ti, zaeta que da en el blanco del sentimiento y lleva en la punta , la ironía y la sátira. PRECIOSO, UNA JOYA. TE ABRAZO CON EL MAYOR PLACER POR SENTIRTE DE REGRESO.
ResponderEliminar¡Que agradable sorpresa me he llevado al verte de nuevo!
ResponderEliminarGracias por ese relato,se hizo justicia ¡jaja!
Yo voy a postear una vez al mes, me salud es delicada y he puesto un buen freno.
Te dejo un beso de ternura.
Sor.Cecilia
Julioooo genial, como siempre todo lo creado por ti, zaeta que da en el blanco del sentimiento y lleva en la punta , la ironía y la sátira. PRECIOSO, UNA JOYA. TE ABRAZO CON EL MAYOR PLACER POR SENTIRTE DE REGRESO.
ResponderEliminarComo me alegra verte por aquí , y como siempre pisando fuerte con tus relatos. Un abrazo.
ResponderEliminarLeches ¡¡ Que final !!.
ResponderEliminarMondich, de la forma menos esperada se encontró con la oportunidad y al mismo tiempo la morbosa casualidad de poner fin a la deslealtad de su conyuge y al sometimiento que esta le administraba.
Las vueltas que da la vida, un día eres el dueño del hacha y a otro su alimento.
Que grande eres Julio y como me alegra seguir disfrutando de tus relatos.
Abrazos.
Me has llevado a la historia medieval, a estar dentro y fuera del chismorreo de la gente del pueblo (yo llegué a pensar que el Marqués era un depravado erótico-festivo jejejejjj) Al final vi a tu personaje como un simple ejecutor de las decisiones de otros y esta vez el destino jugó las cartas a su favor.
ResponderEliminarUn abrazo amigo
Entre palmeras: Me encanta verme entre vosotros, sí poeta amiga, este es mi lugar. Sonriente, tranquilo, entusiasta y cada día ¡mejor! Te lo aseguro yo, y todos mis personajes. Abrazo cálido.
ResponderEliminarGemaestrata: Gracias, poeta, muchas gracias por los conceptos, aunque -hay que aclararlo- si algún talento hay en estas historias, el mismo lo debo a personajes como Mondich, por ejemplo. Besos, poeta, y también tengo muchas ganas de más de vuestros versos.
Leticia Garriga: ¡Venga el abrazo, querida Leticia! Y vaya hasta nuestro lindo México mis mejores deseos porque todo, todo, todo esté muy bien.
No hay cosa que de mayor felicidad que hayas vuelto a compartir tu talento. Un privilegio maravilloso disfrutar de ti.. te abrazo.
EliminarNo hay cosa que de mayor felicidad que hayas vuelto a compartir tu talento. Un privilegio maravilloso disfrutar de ti.. te abrazo.
EliminarSor.Cecilia Codina Masachs: Agradezco su visita, sor Cecilia, y hago votos porque su salud enderece el timón y la veamos sonreír y productiva. Un enorme abrazo.
ResponderEliminarChelo: Gracias por el abrazo, querida Chelo, y por venir. Te informo que imposible entrar a tu blog, aparece un rótulo de "blog protegido". Hazme el favor de saludar de mi parte a NERIM y a don FRANCISCO ESPADA. Abrazos mil.
karras: Bien has dicho, querido Karras, un invaluable misterio es la vida, toda una "rueda de la fortuna". Gracias por venir. Abrazos.
ResponderEliminarAlondra: Bien por Mondich, entonces, querida Alondra, y por este servidor vuestro que se va silbando y sonriente. Gracias mil. Abrazos.
Que final!!! excelente
ResponderEliminarAbrazos
Maravillosa tu personal manera de narrar. Maravillosa tu fluidez y naturalidad.
ResponderEliminarMi aplauso con abrazo
Hermosa su esposa !!!!
ResponderEliminarSIEMPRE REGRESO A LEERTE,SE QUE ESTAS CERCA Y MIRANDO A TODOS TUS SEGUIDORES. BRILLA EN LO ALTO ILUMINANDO A CADA UNO DE LOS QUE AUN TE EXTRAÑAMOS.BESOS AL UNIVERSO.
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