domingo, 8 de mayo de 2011

A ninguna parte

Mi plan era alcanzar Dôen, allí al menos -con un poco de dinero- podía conseguir un camarote en algún pestilente barco pesquero; no tenía otra salida.  Seguramente habían secuestrado todos los libros y papeles en mi casa y oficina, y ahora andarían tras mi pista.  La policía nuestra presume de dar siempre con sus "señalados", nadie se escapa, nunca nadie lo hizo.  Ay, Lisa, cuánto le debo ahora.  Entró aterrada a mi biblioteca.  "¡La policía, señor!".  Abrí una gaveta de mi escritorio, metí este sobre con dinero y logré escapar por los techos entre algunos disparos o estúpida balacera.  Cuánto le debo ahora.  Apenas he podido salir de la ciudad y meterme en el boscaje de las montañas, caminando alerta y urgido de ponerme lejos de sus garras.
La noche será mi aliada, y aunque no ando la ropa adecuada -ya he roto mi saco al quedarse prendido de una  rama- sé que puedo llegar a Dôen.
-¿Qué anda haciendo? 
-Nada -he contestado a esa voz de mujer que viene de algún lugar enfrente de mí.
-Es lo que suponía -ha dicho encendiendo una lámpara de querosen, es una anciana que me mira dulce.
-Me he perdido.
-Venga.  Ya no está perdido ¿ve? -me contestó maternalmente, quizás adivinando en mi cara la verdad.
A pocos metros hemos alcanzado una estrecha vereda y, cincuenta metros después, detrás de unos matorrales, hemos llegado a un caserío.
-Aquí podrá descansar, y nunca más andar perdido.
Dijo todo aquello haciéndome sentir un bálsamo en mi interior, sobre todo por su tibieza al tomarme del brazo.  Nos adelantamos hacia una hoguera en la que varias personas, mujeres y hombres, tomaban algo -café, licor, leche- en pequeñas vasijas de barro.  Se los veía generosos y tranquilos, o quizás era el infierno interior que llevaba el que me hacía buscar esas emociones en ellos.  Un hombre fue a recibirnos, y ¡dijo mi nombre!
-Te esperábamos, Marcelo -no puedo explicar la desconfianza que me produjo la posibilidad de haber caído en una trampa, la dicha de estar entre gente que me conocía, o el terror de un presentimiento, lejano pero atroz-. Ven, ven a sentarte con nosotros.
Todos me miraron con dulzura, con un extraño amor que me reconfortó. Me alargaron una vasija -¡era café!- y bebí agradecido.
-Aquí estarás bien, hijo -prometió la anciana que me miraba con la mirada más tierna que hubiese podido encontrar en la vida.
Luego, todo es lo que es, no me costó aceptar que nunca pude atravesar los techos de mi casa, que nunca llegaría a Dôen y que ya no tenía que escapar de nadie.  Todo estaba bien, todo está bien.

19 comentarios:

  1. Qué buena pinta tiene este relato...
    Un abrazo.

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  2. Interesante narración!

    Es un gusto pasearse por estos jardines hechos con palabras!

    Saludos!

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  3. me angustié, esa presión en el personaje es muy buena, me gusta este tipo de creación que no se diluye en descripciones que no van a ninguna utilidad con la acción

    un abrazo y ten una semana genial

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  4. Piel: Ser leído es ya un alto honor al que aspiramos. Gracias mil por tu visita y tus palabras.

    AomaraLuz: No lo digo metafóricamente ¡esta es TU CASA! Bienvenida.

    Elisa...lichazul: Siempre he creído que las descripciones que no ayudan al objeto de la fábula son un desperdicio de tiempo para el lector -que nos merece todo el respeto y consideración del mundo-, como aquello de los adjetivos: El adjetivo que no ayuda ¡mata!
    Gracias mil por estar, por dejarme tu comentario.
    ¡feliz día de las madres!

    Un gran abrazo.

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  5. Gracias Julio por seguir las evoluciones de la investigación. Supongo que habrás comprendido. La pena es que Cinerarium no me deja tiempo para leeros. Cuando la tormenta pase, intentaré acordarme de todos y cada uno de los que vais a seguir a Faustino, hidalgocinis, Deborah, Rebeca, Blanca, Pilar, Braulio… Si puedes hacernos promoción discreta además de leernos? (Por pedir, que no quede, ja, ja…)

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  6. Sería mucho pedirte, Julio, que pusieras un enlace a los pizzicati en tus blog?

    (http://lospizzicatidetzigane.blogspot.com/)

    Necesitamos promoción!!!

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  7. Cuánto me hechiza siempre tu palabra..

    Me quedo aquí, sentada frente a la hoguera, paladeando a sorbitos el café de tus letras.

    Un beso

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  8. Hola Julio…en este día tan esplendido
    Vengo a devolver tu cariñosa
    Visita con los mismos elogios
    Para ti que tú me dejas en el
    Comentario .
    Un cariñoso abrazo
    Marina

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  9. Consigues mi embelesamiento hasta el fin del relato!! o tal vez mas allá...
    Que bonita entrada...
    Un abrazo!

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  10. Julio. Maravilloso. Ahora que he podido leer tus relatos me enorgullece sobremanera que hayas entrado en mi espacio. Besos

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  11. Tus palabras se enredan con las frases, saltando con las comas, y los puntos, dejando nuestras almas pendientes mientras....te leo
    Un beso

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  12. yo también he descubierto un rincón donde sé que todo estará bien.
    un gran placer; intriga y ternura.
    un saludo, sincero

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  13. Andy: Querido, ya promociono tu espacio desde mi correo privado a quienes sé que disfrutarán de tu estupendo relato. Sobre el "enlace" tendrás que ayudarme al "cómo" porque soy neófito en estos asuntos de la Web. No hay ningún problema.

    Lía: Sentémonos, Lía, frente a esa hoguera de las palabras, entre gente amiga, y degustemos el milenario aroma de estar bien. Un abrazo.

    Marina-Emer: Aprecio la visita y el tiempo dedicado a ella. Un abrazo.

    Galatea: Mi amiga poeta, ya sabes que escribir es no sólo contar sino producir ¡algo! en quien va a despertar aquellas letras. Cuando ocurre el fenómeno literario ha salido airoso. Gracias por todo.

    Norma Barbieri: Mutuo es el orgullo, apreciada Norma, de leernos y compartir ese mundillo interior tan poblado de personajes y sus fábulas. Gracias.

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  14. Mucha de la Torre: Inapreciable tenerte aquí, escritora amiga, inapreciable. Sé que tu lectura es responsable y tu comentario honesto. Me honra tu visita. Un abrazo.

    Recomenzar: Y me alegra que acompañes a estos personajes que han andado aburridos sólo conmigo, ahora les tienen a ustedes. Abrazos.

    Kynikos: Todo estará bien, te lo aseguro. Mientras haya una voz amiga que respalde, que apoye -aún señalando errores o textos incomprensibles, todo ayuda- y disfrute lo que aquí ocurra ¡todo estará bien! Un gran abrazo.

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  15. Julio ! Logras hacernos pasar por diferentes estadíos... Una puntual situación que provoca incertidumbre ¿qué hacer? tensión que se va acrecentando hasta encontrar un bálsamo que nos reconforta, mas esa incipiente calma comienza a mutar vertiginosamente para pronto convertirse en una cierta desconfianza que no termina de tranquilizarnos, pero la aceptamos. Y allí nos dejas un segundo, saboreando el café del sociego, para luego saltar a un desenlace perturbador y desconcertante que nos quita el aliento... Uffff , genial!!! Un beso grande, bravoooo !!

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  16. Que bonito que cuando la muerte te ronda puedas no pensar en el caos, y puedas pensar en la tranquilidad de un fuego, en una taza de café y en una voz dulce que te acompañará durante la eternidad.

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  17. Diana Profilio: Mi escritora amiga, no sabes lo importante que resultan tus comentarios en Hablapalabra, te desdoblas en un puntual análisis de la obra y ajustas ¡increíblemente! lo situacional planteado en una verdadera cátedra. Bueno, eres una estupenda escritora. Abrazos mil.

    josejosesita: Sí, poeta, sería agradable -si existe el más allá- y reconfortante un café al final de la jornada, y gente buena con uno. Gracias por estar.

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  18. Es un cuento misterioso. El nombre del lugar es misterioso, la anciana, la huída. A veces uno quiere llegar a algún lugar, pero se queda en otro donde encuentra un hogar o al menos una persona o un grupo acogedor.

    Pero también, a veces, las personas son trampas que nos impiden llegar al lugar pensado.

    Nunca se sabe...

    Me encantó, por supuesto.

    Un abrazo
    Ana

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