martes, 28 de junio de 2011

Deseo cumplido



Tenía ya dos meses de estar con esa desazón diaria que lo hundía en largas horas de depresión y su mente divagaba hasta que un suceso, cualquiera, volvía a ponerlo en la “realidad”; una realidad que no era para él.  Las noticias, los avisos publicitarios, las calles mismas estaban diseñadas para personas que no era como él; todo iba intencionalmente dirigido a la gente productiva del país, y él era un jubilado…  jubilado a medias, porque desde hacía unos meses había tenido que recurrir a un empleo mal pagado para ayudarse económicamente ya que el miserable cheque mensual del gobierno lo estaba poniendo en la miseria.
En la estación del metro sonrió al ver a los jóvenes y jovencitas ataviados a la moda, dinámicos, hablando un lenguaje que poco entendía y que, desgraciadamente, un día estarían como él, a menos que concluyeran una carrera que los impulsara en la política y fueran ellos los que se olvidaran de los viejos.
Cuando vio llegar su vagón se acercó al andén y esperó que se detuviera y abriera la puerta en esa especie de pequeño remolino matutino que tanto le desesperaba; quiso dar un paso y entrar pero un joven alto y fornido lo empujó y le hizo perder al menos tres o cuatro turnos; al fin pudo entrar, pero en aquel momento, cuando sintió la fortaleza del chico y aferró su cartapacio contra el pecho pensó con todas sus fibras: “Ojalá te rompás la cara, idiota”.  Luego entró y el vagón inició su marcha.  Una muchacha se puso de pie y dejó que se sentará.  Estaba rabioso y avergonzado.  En su tiempo, los caballeros cedían el asiento a las damas; ahora eran las chiquillas las que lo cedían a los viejos.
Levantó la vista y enfrente de él estaba el muchacho que lo había empujado. Indiferente a su entorno, con la pierna cruzada y muy cómodo, ajeno a otras mujeres que hacían malabares para mantenerse rígidas, y mirándolo con odio volvió a pensarlo: “Ojalá te rompás la cara, idiota”.  Por extraño que parezca aquel muchacho comenzó a sangrar de la nariz; una hemorragia incontenible fue tiñendo su pecho, piernas y zapatos.  Un grupo de gente pulsó la alarma y en la siguiente estación había paramédicos esperando al muchacho, todo diseñado para gente que no era como él.  Se sintió apenado de haber deseado el mal a “un pobre diablo”.
El siguiente suceso fue en su oficina.  Los empleados de esa empresa de seguros que le había contratado “en negro” –fuera de planilla- no lo tomaban en cuenta, siempre se reunían a tomar café o hablaban entre ellos, y en voz alta planeaban el punto de reunión para los tragos o el baile después del trabajo, pero a él lo ignoraban.  Cuando fue a servirse café vio al grupo de empleados que ni siquiera reparaban en él, con ellos estaba la licenciada Lavagnino que volteó a verlo con repulsión, y simplemente lo pensó: “Ya te veré arrastrarte hacia mí, perra”.
Cuando rompía el sobre de edulcorante y lo vertía en su taza, la licenciada Lavagnino fue hasta él ¡ladrando!  Los demás rieron creyendo una ocurrencia de la gerente financiera y él se estatizó sorprendido, pero la mujer no podía hacer otra cosa más que ladrar y pasar sus manos en los hombros del jubilado.  Salió de allí a marcha forzada.
En su escritorio pensó que algo anormal estaba pasando.  Unió el asunto del metro y el de la cafetería de la empresa, y se arriesgó: “Quiero una estilográfica nueva”.  Y una estilográfica nueva fue corporizándose sobre la superficie de su mueble.  A sus sesenta y cinco años, pensó que podía ser, que de alguna manera podía ser.  Y quiso un día soleado y lo tuvo, y un traje nuevo y lo tuvo.
A media tarde ya había tomado una decisión.  Había estado dando vueltas en el asunto y lo iba a hacer.  Con sólo desearlo, con sólo pensarlo, tuvo un Bulova de oro en su puño, le habían aumentado el sueldo trescientas veces más, le habían comunicado que por un “sorteo” el departamento que alquilaba ahora le pertenecía y un periodista fue a entrevistarlo para hablar de su época de estudiante, así que lo deseó fervorosamente y, esto le produjo el intenso deseo de volver a ser aquel joven de treinta años.
Cuando salió de su oficina estaba eufórico, él era el centro de atención de todas las miradas. Caminó por las calles sintiéndose enérgico, vital y dichoso.  Vio su estampa en una vitrina que exhibía corbatas y entró, más para aprovechar verse en el espejo.  Deseó dinero y un grueso fajo apareció en su bolsa.  Compró varias, se vio al espejo y sonrió su muchachada.  Volvió a la calle, aspiró profundamente y se dijo: “Un caballero sin limusina, es un pecado, quiero una”.  Una larga limusina Ferrari aparcó frente a él y un hombre de levita y guantes blancos salió a abrirle la puerta.  Entró feliz.
Tras un breve trayecto por la ciudad, se dio cuenta de que el chofer no le había preguntado adónde le llevaría. El piloto, presintiendo los pensamientos de su pasajero le dijo: --No se preocupe, yo sé adónde, señor.  Y él lo pensó: “Espero que sí…  a descansar”.  Tras una pausa se dejó llevar con un “…al fin”.
Aquella tarde el último vehículo que entró al cementerio fue una Limusina Ferrari, sin cortejo ni flores.

47 comentarios:

  1. Ya me parecía extraño que con solo desear, se fuese haciendo realidad....¿murió en el primer empujón? o quiza ya estaba o se sentía muerto desde,(como por desgracía le pasa a muchas personas),que pasó a la última etapa de la vida en que muchos se ven empujados a dejarse ir,aunque es un error, no encuentran que hacer con su tiempo día tras día.
    Una historia con un final bastante real.
    Un saludo.

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  2. Es cierto,mucha gente en su última etapa, se deja ir,ya no pelea y el final se adelanta quizás en muchos años.A lo mejor, tenemos la culpa los que no los motivamos, no les damos una razón de vivir o un motivo.Una simple caricia o la simple compañia quizás..."salvarían" muchas vidas.Es triste que ni una persona vaya a tu entierro.Una que sencillamente te haya querido de verdad,y no 100 de figurín.Como siempre...torero,torero!!!!!!!!!!!!!!Besitos

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  3. ¿te cuento un secreto? es algo en lo que creo firmemente, con total naturalidad...solo que los fajos de billetes no son necesarios...

    abrazos

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  4. Vaya golpe me diste en ése último párrafo!! me encantó!
    Esperaba una moraleja de positivismo, algo como que la vida hay que bebérsela a tope luchando contra viento y mareas y aprendiendo hasta de lo malo...

    Pero descubro que con ése "al fín", el relato es aquello que las almas solitarias y de vivir entre pocos alicientes sueñen poseer cuando ya no hay vuelta atrás!

    Yo deseo que llegado el momento, pueda soñar con todos los seres a quienes haya amado hasta entonces, rodeando mi cuerpo para despedirme con tanto amor como me entregaron en vida.. Decir adiós así, rodeada de quienes más me quiere y a quienes echaré de menos allá donde tenga que ir, es el mejor sueño para una vida!

    Intenso tu relato. Emocionante y...aplastante como algunas vidas!

    Besos, amigo.

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  5. Es la primera vez que te leo y reconozco que estoy impresionada. El final me ha gustado, no sé por qué pero me ha gustado. Una de mis máximas es que "cuando alguien me recuerde, no tuerza el gesto" y soy de las que piensan que cuando uno/una se muere, lo hace solo por muy acompañado que esté. Lo peor no es morirse, si no vivir queriendo morirse todo el rato; he pasado por eso y lo sabes... pero hablo en pretérito así que no me riñas.

    Gracias Julio por un montón de cosas que me has regalado estos días, sobre todo tu amistad, cariño... y cabezonería. ¿Puedo un abrazo?.

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  6. Un relato que podría perfectamente ser una realidad, me parece que el abuelete peco de avaricia, pues tanto desear esto y lo otro. Al final su descanso fue eterno. Hay que tener cuidado con lo que se desea, hay que saber medirlo al milímetro. Mis felicitaciones poeta un escrito para reflexionar.

    Besitos con cariño.

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  7. Que vida más triste la de este hombre, desear sólo cosas materiales. Así le fue, la única cosa que sí estaba hecha para él, es la muerte. Si la hubiera tenido más presente, a lo mejor, habría cambiado de manera de pensar.

    Besos Julio.

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  8. Enhorabuena, Julio, una vez más, nos sorprendes.

    No podía tener otro final, una persona materialista al final se queda solo.

    Abrazos

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  9. Que historia. ¿Quién en el ocaso de su vida, no tuvo esos pensamientos colmados de orgullo y que solo quieren mantener la dignidad de quien se ve despreciado por la sociedad solo por ser viejo? Los veo todos los días y me apena la tristeza de sus ojos.
    Me niego a creer que lo único que pueden esperar sea la muerte.
    Como dijo Josejosesita: Una historia con un final bastante real.
    Un beso...

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  10. Nada como la imaginación para combatir la rutina.
    Un beso dulce.

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  11. El anciano los sufre, a esos jovenes que se llevan el mundo por delante, pues no se los toma en cuenta, se los hiere, se los ignora..
    Casi como si no existieran !.
    Hasta que con su Bulova, su nuevo traje y en limusina se cumple su mayor deseo.. ese descanso eterno !

    Tristemente bello tu relato Julio.
    Beso grande.

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  12. Sr. Esgrimista

    Ante todo un buen escenario el que escogió (por así decirlo) o que lo motivó a este relato, porque deja en claro que la observación suya o del personaje (protagonista o antagonista juntos y por separado) es lo esencial para trasladar de esta forma lo vivido.

    caminé y me pareció que presencié lo relatado.

    Hasta luego

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  13. Hola Julio, buen escrito amigo, interesante todo, y un final menos que esperado.
    Me ha gustado pasar a verte, mañana salgo de vacaciones, intentare pasar a leer, si no me lo impiden las circunstancias y mi nieta. Un abrazo.

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  14. ¡Qué tema... gran tema! Un magnífico y por demás descriptivo análisis de la sociedad de “hoy” -al menos de este lado de la geografía- donde todo apunta hacia los jóvenes -empleos, publicidades, productos, modas, costumbres- y la “vida útil” de una persona se va acotando cada vez más. Ni hablar de los ancianos, a los que su jubilación no llega a cubrirles las necesidades básicas, conllevándolos a sentir ese comprensible y desgarrador sentimiento -el cual agobia a nuestro protagonista-; sumado a los “lamentables y típicos comportamientos” de quienes se creen dueños de los “cinco minutos” de gloria que nos da la vida mientras somos jóvenes y necesarios. Conmovedora historia que oprime el corazón y -como toda tu narrativa- nos incita a la reflexión. Un tema central con el que todos nos toparemos -tarde o temprano- en un determinado momento. Aplausos, Sr. Escritor; me encantó, me conmovió e hizo que me proyectara en el futuro -no tan lejano- FELICITACIONES y un beso grande !!!

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  15. ¡Cuando vuelva a nacer quiero escribir como tu!!!
    jejejj Bromas aparte; Es un estupendo relato con un final inesperado, aunque no tanto viviendo de ti. Ya nos estáas acostumbrado a finales sorprendentes.
    ¡GENIAL!!! Tu prosa dinámica y se notan tus tablas en éste campo.
    Enhorabuena de nuevo.

    Un abrazo.

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  16. Final contundente. Inevitable cuestionarse el espejo, un poco por ti, un poco por mi.

    Saludos desde Bs As.

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  17. Julio, este texto me gusta muchísimo. La trama, la ficción del texto y cómo lo encarmas al final y se nbos abre para ser algo real.
    Un espléndido final. El descanso eterno.

    Es como si se le voltearon las cosas, por no tener en cuenta sus propios malos pensamientos,
    un excelente cuento

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  18. Es un relato mezcla de dura realidad y fantasía de esa que a quién no le gustaría, aunque fuese como colofón a una vida ordinaria,monótona,etc,etc,etc
    El puntito de avaricia también es lógico.Solemos ser así de desmedidos.
    Un beso.

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  19. Lo material no lo es todo en la vida, hay otros valores... Muy bueno, amigo. Felicitaciones.

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  20. ¿Será cierto que cuando llega el final por unos momentos nos dejan ser aquello que fuimos y que nos llenó de vida?
    Será que queremos garantizar nuestro último paseo a la "otra vida" con una amplia sonrisa de satisfacción que por el paso de los años y las circunstancias nos fueron quitando...
    Ais, Julio... me hiciste pensar...
    Y por supuesto... sigo con los pelos de punta... estos giros inesperado en tus letras no me dejan nunca impasible...

    Por qué haces esto? No ves que así no puedo dejar de venir a verte? ;)
    Que placer es leerte...

    Un abrazo de corazón.

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  21. Devemos analisar o verdadeiro sentido da nossa existência, aquilo que verdadeiramente é importante enquanto viventes. Uma história que dá que pensar.
    Bravo como sempre.
    Um abraço
    oa.s

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  22. Que rabia.
    Fue descuidado y el último pensamiento lo mató.
    Con lo bien que iba...

    Saludos.

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  23. Me ha encantado la entrada, es una pasada. Ojalá todos pudíesemos tener todo lo que deseamos, y no solo me refiero a cosas materiales.
    Un abrazo!!

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  24. Enhorabuena Julio por este relato que me ha dejado enganchada hasta el final, in final sorprendente pero genial.
    A esa edad ya tienen en sus mentes esas ideas aunque en el subconsciente, así su deseo se vió cumplido.
    De momento no pienso en eso, me queda mucho por hacer, por conocer...
    Gracias Julio por estar siempre.

    Un beso

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  25. Esta historia me atrapo desde que la empece a leer, mmm no esperaba ese final, tal vez él debio decir.. "quiero descansar un rato"..pues todo se le concedia, lo malo es que no especifico ..jajaa... bueno eso creo...saludos.

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  26. Este es un caso de "cuidado con lo que deseas porque puedes conseguirlo". La pena es que para ese último viaje del que no se libra nadie no se necesitan alforjas.

    Besos

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  27. josejosesita: Te lo digo, ni yo sé cuándo murió el protagonista, pero como dice Toro más arriba, qué bien que iba, se distrajo, cometió un error y ¡voilá! Deseo cumplido. Me gustaría leerte Josejosesita, pero no encuentro señas de tu espacio. Un abrazo.

    midala: Ciertamente, Midala, amiga, has pulsado la tecla emotiva de la fábula; somos una sociedad apática con nuestros mayores, engorrosamente mal agradecidos hacia aquellos que dejaron su vida por nosotros. ¡Qué deliciosos son tus "torero, torero". Gracia mil por ellos.

    ADELFA MARTIN: Desear es ya ir al encuentro de aquello que se quiere, de eso no tengo la menor duda, y sobre el final, sostengo que "cuando nace la vida, se despierta la muerte". En fin, celebro tu positivismo, con o sin fajo de billetes. Un abrazo.

    Mascab: Tendrás lo que deseas, amiga mía, porque eres un ser especial, único, y porque todos nuestros deseos se cumplen. Ya lo has deseado, así será. Pero, en tanto no llegue ese momento, yo, principalmente, disfruto de tu generosidad, simpatía y amistad. Grande abrazo.

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  28. Chesana: No voy a reñirte, amiga mía, ¡nunca más! Por el contrario, voy a abrazarte todo cuanto pueda hacerlo, junto a mis compañeros de letras y a agradecerte que estés aquí; aquí entre nosotros que te queremos mucho. Gracias, gracias, gracias. ¡Otro abrazo!

    Rosana Martí: Ciertamente, poeta querida, hay que tener cuidado con lo que se desea, todo con calma y medida. Un abrazo.

    ion-laos: Primera vez que riñen a uno de mis protagonistas, ¡bien hecho, Ion-Laos, bien hecho! A mí, jamás me ponen atención. Un abrazo.

    Jessenia: Creo que el personaje estaba rabioso con la sociedad, la época y, quizás, hasta consigo mismo. Labró su descanso, de eso no hay dudas. Un abrazo.

    Oriana Lady Strange: Tu sensibilidad, poeta, es tu sensibilidad y humanismo los que se solidarizan con este jubilado. Gracias por venir. Un abrazo.

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  29. Piel: Un millón de gracias por tu visita, Piel. Estrechar y paladear tantas muestras de simpatía y cariño, enderezan felizmente el día. Abrazos a montones.

    Emylia: Así es poeta -aunque niegues serlo-, se les margina, se les excluye; una vez terminada su vida "productiva", olvidamos su aporte en nustras sociedades y generaciones. Un abrazo.

    José Luis: Gracias, José Luis, gracias mil por andar por estos relatos. Un abrazo.

    Ambrosía ignota: Cuando el personaje aparece en mi campo visual -mental- no creí que ocurriría todo cuanto aconteción; el andén del metro, el vagón, el muchacho sangrando, ya fueron pistas de que algo anormal ocurriría. Gracias por traer hasta aquí su entrañable Ambrosía. Un abrazo.

    Lola: Que tu viaje esté lleno de dicha, amor, complacencias y relajamiento total. Házme el favor de darle un enorme beso a tu preciosa nieta. Abrazos.

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  30. Diana Profilio: Ese futuro que has visualizado, escritora amiga, está ¡hasta allá! Bien, bien lejos. Todavía tus lectores tendremos mucho, mucho de tu talento. Gracias por tu análisis y comprensión para este escritorcillo. Un abrazo.

    aamanecerdeluniverso: Por favor, amiga mía, tanto halago (hace bien al alma) no son necesarios (puedes decir más, si quieres), toda vez que sólo cumplo (en serio, dime más) con este exquisito oficio de escribir -podías haberme dicho más-, y no por presumir ni de talento ni creatividad -no te escucho-, además ustedes se lo merecen. Abrazos mil.

    Ulisa: Ciertamente, Ulisa, hay ocasiones en que los relatos -materia escritural- nos sirven como espejo en el que habríamos de proyectar nuestras actitudes. Un abrazo y gracias por llegar.

    Mixha Zizek: Sabes que creí que, en algún momento, desearía cosas más vitales, más humanitarias, pero no, se cerró -comprensiblemente- en lomaterial. Gracias por tu comentario y aliento. Abrazos.

    Uka: Todo cierto, amiga mía. Solemos ser un poco ambiciosos, sobre todo cuando pasamos crisis económicas. Inapreciable que hablapalabra te abra sus puertas. Gracias mil.

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  31. Julie: Definitivamente de acuerdo contigo, dulce poeta, letra a letra, de acuerdo contigo. Gracias por venir. Un abrazo.

    Gala(tea): Son los personajes, amiga mía, ellos son quienes nos sorprenden a todos nosotros, y quizás hayas dado en el blanco, seguramente me proveen esas anecdóticas fábulas para que el autor no se quede solo, silbando y aburrido en un rincón de hablapalabra. Es grande tu presencia en este espacio, gracias por leer, por reflexionar, por tus pelos de punta y tu amistad. Abrazos.

    OceanoAzul.Sonhos: Nuestra poeta de los aromas y colores, de las inmensidades y del mar; gracias por acompañar estos relatos, estas vivencias y apoyar la palabra escrita. Un abrazo.

    TORO SALVAJE: Qué se le va a hacer, querido amigo, se distrajo, se acomodó y bueno, ¡deseo cumplido! Gracias por llegar. Un abrazo hasta la ciudad condal.

    Navarro: Ojalá, poeta amigo, ojalá tuviéramos aquello que apetecemos, cuando realmente lo queremos. Gracias por estar aquí.

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  32. Princesa115: Ni se te ocurra pensar en ello, fina poeta, aún tenemos que leerte mucho, mucho, mucho. Un abrazo a tu palabra, a tus versos, a tu poesía.

    Diazul: Así debió pensar el protagonista, con especificidad, con claridad, mas, ya ves. En nombre de mis compañeros de letras, te doy -qué ceremoniosos estamos- la más cordial de las bienvenidas. Queremos -qué protocolar- que te sientas cómoda, hermanada y feliz. Gracias mil.

    María: Nos iremos livianitos de equipaje, sin visa a ninguna parte. Y como hay que desear, yo, te deseo paz, dicha, salud, amor y mucha prosperidad. Un abrazo.

    Omar(masletrasarte): Gracias, poeta amigo, gracias por tus lecturas, por tu producción y por estar siempre. Un abrazo.

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  33. Gracias por tu interes,Julio,no escribo en ningún blog, solo participo en algunos y me tienes enganchada, me gusta tu narrativa,y me agrada leer tus comentarios acerca de los mios,es estar en contacto con alguien sin tener ataduras,es desear tener un ratico para compartirlo con mi querida PiliMªpilar(por quien me puse esta identidad), con su hija Marta y contigo.
    Gracias.

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  34. Ah,tambien leo tus poemas, "A VIVA VOZ".Sublime.
    Un Amor que nunca entendere porque no se Amar de esa manera y no creo que jamás me amen así.Aunque amo y me aman,eso dice.

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  35. Excelente, al final pensé que se mordía la lengua al pedir su deseo. A descansar. Ahhhhhhh
    Pero eso lo pensamos los que hoy nos vemos más jóvenes, premio el que por dentro tiene espíritu viejo y venera esa parte de nuestra existencia a la que llegaremos, arrastrándonos o caminando, deseando haber cumplido la obra de cada vida. Quizás..........

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  36. josejosesita: Dicho de otra manera, me he ganado el cielo con una lectora fiel, gracias por tu interés e inseparable apoyo para mi poética y narrativa. Un abrazo gigante.

    Belkys: Apreciada Belkys, nos ha quedado un gustillo a malta en la lengua, después de tu publicación. Gracias por tu presencia, cuando tenemos este acercamiento, siento que abrazo a Cuba, nuestra añorante Cuba.

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  37. Disfrutemos lo que tenemos, total el viaje final siempre llega. Excelente

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  38. Magnifico desenlace. Me ha gustado mucho.

    Un fuerte abrazo

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  39. De nuevo millones de gracias Julio.

    Besos desde el aire

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  40. Buenos días Julio, soy Metamorfosis y vengo desde http://elclubdelaslocaspositivas.blogspot.com/
    He venido a conocerte porque me lo ha recomendado alguien que ambos conocemos, Simplementeyo, del blog "naciste en los años 60?" y la verdad es que ha sido todo un acierto el pasarme por aquí. Ahora sólo me he leído esta entrada, y me ha dejado con ganas de volver....con muchas ganas diría yo, así que si no es molestia, me verás por aquí de forma habitual.
    Respecto a esta entrada, que decirte.....que conforme la iba leyendo es como si estuviera viendo una escena muy habitual de mi vida cotidiana, vivo en Madrid, viajo mucho en metro, y he visto esa situación con personas mayores muchas veces, y sobre todo, con personas mayores con pocos recursos como tu describes, y el pararse a pensar en ello es desgarrador....que tipo de vida es esa??? estar toda la vida trabajando y llegar a la vejez y apenas tener recursos para vivir y tener que seguir trabajando, sin poder descansar, sin tener apenas fuerzas, con las capacidades más que mermadas...a quien no le entrarían ganas de morirse en estos casos!!! si a decir verdad, la muerte es lo que a este buen hombre le salva de ese suplicio ....
    Ojala ninguno de nosotros tengamos que vernos en esa situación.
    Un abrazo desde el otro lado del mundo.

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  41. y puede que todo haya sido el delirio de una mente senil que no llegó a coger el vagón. puede que la única imagen que no se pierda sea la del coche funerario sin pegatina roja. o puede que todo lo pensable sea posible y que lo posible esté en la realidad de quien vive, y que fue la cara rota, el oro, fue juventud y muchachas. lo que es seguro, amigo julio, es que hay una sonrisa abierta en el cementerio y una lágrima fuera.
    un abrazo enorme, amigo, maestro.

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  42. Lapislazuli: Muy acertado tu comentario, amiga mía, ¡a disfrutar de la vida! El pasado ya se fue, el futuro aún no llega ¡es hoy lo que importa! Un abrazo.

    Beatriz Salas: Gracias, Beatriz por tu visita. Vaya hasta Sevilla un abrazo gigante.

    Rosa: Soy yo quien te da las gracias, poeta, por venir y quedarte.

    METAMORFOSIS: Bienvenida, amiga mía, que tu estadía en Hablapalabra sea placentera, y como verás, hay aquí formidables amigos. Ya andaré por tu club de locas positivas. Un abrazo enorme.

    kynikos: Quién lo sabe, querido poeta, quién lo sabe. Y como bien dices: "(...)lo que es seguro, es que hay una sonrisa abierta en el cementerio y una lágrima fuera". Mil gracias por estar. Un abrazo.
    un abrazo enorme, amigo, maestro.

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  43. ¡¡Im-presionante!!

    Vaya relato, cualquiera espera ese final, para nada, a medida que nos vamos haciendo mayores vemos como cambia el mundo, y espero que el mio no sea tan drástico como el de este pobre hombre ignorado por todos.

    Si fuéramos todos un poco más humanos... poniendo una gotita cada uno...

    Bueno ¡¡Que me ha encantado!! ¿No se nota? jeje

    Besitos y mil sonrisas para ti:))

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  44. Magnífico final e impresionante.
    Saludos.

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  45. Hola Julio, me has enternecido con el abuelito al que se le cumplen todos sus deseos... en su justo momento. Solo quería descansar y lo consiguió. Eres un maestro de la prosa. Gracias por embellecer mi día con un relato tan tierno.
    Un beso.

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