Me gustaba aquella casa donde se había organizado el juego de pòker ese fin de semana, pero más importante −lo reconozco− era la excitación de “una anunciada sorpresa”. Pese a ello, era difícil mantener el equilibrio entre la razón y la emoción, sobre todo cuando la mujer que más te ha interesado en el mundo tiene sus ojos en ti, pero mi turno se acercaba y tenía que estar preparado con una decisión, pagar o tirar mis cartas y perder esa mano.
No me gustaba eso, sobre todo por la sonrisita estúpida de Karl quien había doblado la apuesta y obligado al siguiente jugador a retirarse.
A mi izquierda, Paul, negando con la cabeza, soltó una bocanada de humo y también tiró sus cartas. “Maldición”, pensé. Para no delatar mi estado, sonreí a Vivian, quien imperceptiblemente, sin yo creerlo -porque en toda la noche me negó cualquier atención-, hizo un leve gesto de cabeza que interpreté como “Entra, lo tienes frito”.
Carraspeé y jugueteé con un gusano de monedas en mi mano derecha tratando de ver los ojos de Karl que seguía con su sonrisita altanera y su mirada en el puño de monedas en el centro de la mesa. Coloqué una fila de monedas frente a mí, y luego otra, y luego otra.
Carraspeé y jugueteé con un gusano de monedas en mi mano derecha tratando de ver los ojos de Karl que seguía con su sonrisita altanera y su mirada en el puño de monedas en el centro de la mesa. Coloqué una fila de monedas frente a mí, y luego otra, y luego otra.
−Vamos a verte, Karl −dije ufano y alargué todo mi dinero.
El jugador a mi derecha, tiró sus cartas, recogió sus pocas fichas y se retiró murmurando algo.
No sé si mi aliviada postura instaló una tenue palidez en el rostro de Karl, quien ya no sonreía. Volvió a levantar sus cartas, las puso frente a su cara, me miró fija y seriamente a los ojos, y para mi intranquilidad, volvió a sonreír y también arrastró todo su dinero hacia la apuesta.
En el momento en que mi muñeca giró y mis cartas iban en el aire ¡se apagó la luz! Hubo gritos y el fogonazo de un disparo.
En la oscuridad busqué a tientas mis cartas pero me topé con otras manos, creí que era Karl y me levanté violentamente sacando mi escuadra. En ese momento volvió la energía eléctrica y Karl también estaba de pie, frente a mí, con su negra .45 ¡El mantel con el dinero había desaparecido! Nos separamos de la mesa y caminamos buscando algún herido, pero todo estaba vacío. Llegamos a la barra del bar ¡nada! Revisamos el baño ¡nada! Debajo de las escaleras ¡nada! Buscamos por todas partes ¡y nada!
−¿Vivian? −Pregunté alterado, y nada, había desaparecido.
−¿Vivian? −Pregunté alterado, y nada, había desaparecido.
Poco a poco fue regresando el color al rostro de Karl; Paul seguía sentado, como hipnotizado, y al verme sonrió tontamente. Luego unas risotadas desde alguna parte le devolvieron la sinvergüenza sonrisa a Karl, y guardamos las armas.
Esta era la parte que más me encantaba. El momento en que los anfitriones salían y aceptábamos haber sido sorprendidos. Lucas, quien tiró sus cartas y se retiró ya tenía todo planeado y fue él quien, seguramente, aprovechó la tensión en la mesa y su retiro para ir a bajar el interruptor de la luz.
−No se lo esperaban ¿cierto? −Presumió.
−Fue muy buena. Y la otra semana toca en la casa de Paul −alabó Karl.
Pero Paul seguía sin reaccionar, sólo viendo mi intranquilidad porque Viviana, mi esposa, no aparecía. Entonces nos lo dijo.
−La sorpresa no era el robo, ni el supuesto homicidio de alguien.
−¿Ah, no? −Dijo Karl, sentándose y esperando una monumental revelación y sorpresa.
−Es tu mujer −dijo, hablándome.
−¿Qué pasa con Viviana?
−Se fue con Nicholas, te abandonó.
me gusta tu narrativa y sobre todo el efecto sorpresa que le das al final...un saludo
ResponderEliminarfus
Qué fuerte! Era el único que no lo sabía. Dónde tenía este hombre la cabeza? Tan confiando era? O simplemente estaba enamorado y ciego?
ResponderEliminarImpactante el final Julio, soberbio! plas, plas, plas!
Besos.
infinitas gracias por hacernos participes de tu sublime relato, un besin muy grande de esta amiga admiradora.
ResponderEliminarY yo que pensaba en otro final, no se como soy tan confiada, con el tiempo que te conozco deberia estar acostumbrada a tus sorpresas finales, pero oye.. ni aun así me imaginaba este fin.
ResponderEliminarTal vez pensé en un tiroteo en plan ganster o un robo y nada mas... pero el abandono de la esposa!!! uff Julio, tu imaginación y capacidad de sorpresa no tiene igual.
En otro orden de cosas,y ya resuelta y desvelada la sorpresa, que el único que no lo supiera es el confiado marido es algo muy habitual...
Lo que me cuestiono es que clase de amigos tiene el personaje principal que saben del abandono de su mujer con otro supesto amigo, el tal Nicolás..y se callan... ¿no se supone que un amigo debe decirte estas cosas? ¿Cómo se lo pudieron callar?¿Cómo guardas esto como un secreto?
A mi la conciencia no me daria tregua...pero, claro, cada uno es cada cual...
En fin, Julio, una vez mas, magistral.
Besos mil.
Siempre sorprendiéndonos.
ResponderEliminarPor algo dicen que el cornudo/a es el/la última en enterarse ...
Me ha encantado, Julio.
Besos
¡Hola!
ResponderEliminarAl parecer, una mala noche...¿Oh No...?
Saludos de J.M. Ojeda.
Buen fin de semana.
Un relato magnífico. Lástima que la sorpresa fuera desagradable para el sorprendido.
ResponderEliminarUn abrazo!
jajajjajajajaj yo no me esperaba este final!!!Robo planeado,juego de cartas estilo ganster y...nos sales con que le abandonó su mujer!!!!Impresionante tu capacidad para sorprender!!!Torero,Torero!!!!!!!!Mil besos maestro!
ResponderEliminarAdoro tus finales inesperados. Eres el “mago” de la escritura.
ResponderEliminarUn beso….
He sonreído de pura sorpresa... Nos involucras soberanamente en la idiosincrasia propia de los juegos de azar pero con toque de cine negro americano, la intriga del poker la urdes con maestría para captar nuestra emoción y cuando nuestra avidez está al límite... zas! apagón. Es allí, en esa inusitada oscuridad cuando urdes el desenlace que no otorgas todavía al lector. Y cuando ya nos relajamos, con iluminación de nuevo, pensando que no hay heridos y que todo se debe a un robo... zas otra vez! la perplejidad en un sólo rostro de la escena se solidariza con la nuestra al descubrir la causa , ¡la desalmada infidelidad!
ResponderEliminarMe encanta tu prosa amigo, poeta, brillante escritor de relatos.
Un enorme abrazo, mi cariño y admiración.
¡Vaya sorpresa! Menudo chasco para nuestro protagonista...¡Me encantó! Eres un prestidigitador de la palabra. Frente a nuestros ojos simulas un truco haciendo desaparecer "varios conejos" y luego sacas de nuestra oreja "la zanahoria" olvidada. ¡Su asombrosa galera esconde un sinfín de mágicos artificios, Sr. Escritor! Quedaré a la espera del próximo porque con cada relato nos dejas con ganas de más... Bravooooooooo, Sr. Copperfield !!! Un beso GRANDE!!!
ResponderEliminarHola Julio!!
ResponderEliminarMuy buen relato,que engancha desde el principio,para terminar con sorpresa incluida,me ha sorprendido ese final,no lo esperaba,será que cómo todavía no te conozco,no se hacia donde se dirigen tus historias.
Un abrazo
Felicitarte por tus escritos, estas acostumbrados... siempre nos brindas un final impactante. Bs
ResponderEliminarUff..que mala sorpresa..en fìn..tal vez serà que para la pròxima su suerte estè en el juego, digo por aquello de "afortunado en el juego, desafortunado en el amor"..jajaaa.
ResponderEliminarExcelente narraciòn..Besos.
A veces la vida nos sorprende de forma tan negativa que nos deja sin aliento al comprobar lo inesperado...
ResponderEliminarCuando ama y las ataduras matrimoniales le dan tanta seguridad de ser dueño, señor y único benefactor de las caricias de su amor, puede que en algún momento descuide la atención que debe dispensar a su amor.
Con el despiste de la costumbre de saber que algo que se tiene no necesita ser mimado, la persona amada se deja caer en una rutinaria rutina de dar y no recibir lo que ansía y anhela. Se convierte en presa sencillaa de cazar..
El cazador, aparece en el horizonte tiende sus redes y atrapa la pieza que deseaba ser cazada.
El amante entonces, se lleva la sorpresa de haberse quedado solo, con ése amor que creía dar pero que no llegaba nítido al destino.
Cuantas veces suceden estas cosas y cuando la sorpresa deja sin aliento al amante abandonado, suele preguntarse ¿cómo no supe ver la alarma a tiempo? Dicen que en una pareja cuando uno de ellos es infiel, el otro es el último en enterarse. Y si el engañado es el hombre, pocas veces tendrá un amigo que le haga ver cómo se encuentra su situación. No sucede igual con las mujeres, creo que si nosotras supiesemos de un marido infiel a nuestras amigas, seríamos las primeras en quitarle la venda de los ojos, o no nos sentiríamos amigas de verdad...
Vaya rollo que te he soltado. Perdona si te canso, pero a veces, las conversaciones hay que cerrarlas explicando bien nuestros puntos de opinión.
Tu relato de hoy, como siempre, nos pasea por los personajes y, en esta ocasión nos inmerses en un escenario de juego, ante una mesa alumbrada por una lámpara baja colgada del techo que apenas nos deja ver el rostro de los jugadores pero sí a la mujer que en actitud distraída mira la partida anhelando el punto y final para comenzar una nueva vida.
Es muy bueno para la reflexión.
Besos
Plas,plas,plas... Un final sorprendente.
ResponderEliminarSi es que hay algunos que no se enteran...
Saludos dede el aire
Me gusta el cuento Julio es muy bueno. La vida es un juego y en el amor vale todo. Ella jugo y gano y lo abandono. Buen final, besos
ResponderEliminarDominas la prosa con un batir de pluma y negruzca tinta. Das ese toque mágico que cualquier artista pone como muy suyo. Estilo y savoir faire, amigo Julio. Precioso.
ResponderEliminarDicen que las desgracias nunca vienen solas y este señor perdió dinero y mujer.
ResponderEliminarEres magnífico escribiendo, mantienes la atención de principio a fin.
Besos
Toma ya!. Y todos (me incluyo) pensando que la cosa iba de dineros.
ResponderEliminarMuy buen relato, sí señor.
¿Sabes que me está gustando mucho tu sitio, Julio?.
Un abrazo así de grandote.
Buen relato Julio, con un final estupendo.
ResponderEliminarEnganchas al lector.
Saludos.
Menuda sorpresa, siempre hay alguien que es el último en enterarse… y casi siempre es el marido. Si los demás lo sabían y entre los 4 eran amigos, ninguno tenía el derecho de contárselo, todos eran responsables por saberlo. Fue una especial manera de decirle que su mujer le dejaba, al final dieron la cara.
ResponderEliminarMe llevo un buen rato, como siempre, Un bessito
ja! siempre el último en enterarse!
ResponderEliminarEstupendo relato Julio, nunca se pierde el hilo de la historia, rica en detalles y con sorpresivo final.
Una vez mas mi amigo, felicitaciones.
De jovencito me gustaba jugar al poker, y en la cafeteria por la noche siempre nos juntábamos
ResponderEliminarpara hacer la partida, tenía un amigo de la infancia y debido a los estudios nunca teniamos dinero para ir a por las amigas, eramos compinches en el juego, nos sentabamos en la mesa con otros 3 mas y cuando pujaban y uno de nosotros no entraba, miraba las cartas al del lado y por debajo la mesa le indicaba con el pie si ganaba o perdia, el truco nos salia de maravilla.
Con tu post he vuelto a recordar aquella epoca.
es un grato pasar por tu casa,
que tengas una buena semana.
un abrazo.
Te contaré un chiste malo... ¿Cómo se llama una monja en la cárcel? ¡Sor-presa! Disculpad mi osadía.
ResponderEliminarFeliz noche.
Esa si que fue una sorpresa de las gordas.
ResponderEliminarEl repoker de las sorpresas.
Saludos.
Es que hay juegos muy peligrosos que esconden sorpresas muy desagradables.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un besito.
Uy!!! Las sorpresas, pueden ser buenas y otras malas, lo que nunca es malo son tus escritos, son muy bueno, cuando puedas pásate por mi blog hay algo para ti y tu blog. Un beso
ResponderEliminarMuy entretenido el relato y con esos efectos de tensión y sorpresa que sueles darle, engancha desde el principio al final.
ResponderEliminarUn saludo
Los tres puntos negros del triángulo, perfecfectos.
ResponderEliminarLa intriga, colosal. Este relato de corte canallesco, más bien da para guión cinematográfico.
¿A quién pondríamos de burlador? ¿ A quién de burlado? ¿ Y de infiel? ¿Y de ignorante?
Muy buenos tus relatos, Julio. Otro placer, sin verso
Acá a Nicholás le llamaríamos 'el mejicano' jeje, qué bueno y entretenido breve.
ResponderEliminarUn abrazo
Buen cierre, Julio, excelente.
ResponderEliminarTe mando un abrazo
fus: Gracias, amigo viajero. Sigo reclamando el saborcillo a ostras que nos dejaste a tus lectores. Un abrazo.
ResponderEliminarion-laos: Aprecio tus plas, plas, plas, mi querida amiga con nombre griego, y ciertamente, ni yo sé dónde tienen la cabeza algunos de mis protagonistas. Un abrazo.
OZNA-OZNA: Vaya hasta Asturias un abrazo cálido y un gracias por estar aquí poeta amiga.
Gala(tea): A veces, ni yo me espero estos finales, amiga mía, ni yo. Ciertamente la mecánica fabular se dispara y soy rehén de las circunstancias actanciales de los protagonistas. También, lo reconozco disfruto estos finales que los personajes me brindan. Gracias por tanto, escritora, amiga. Gracias.
Jessenia: Dada la confianza en los demás, dado que nunca ponen en rigor el músculo de la conspiración, seguramente, como dicen los italianos, todos los cornudos van al cielo. Gracias, amiga mía, por estar aquí.
J.M. Ojeda: Seguramente el protagonista la pasó muy mal con su ¡sorpresa! ¡Vaya sorpresa! Un abrazo.
Navarro: La literatura, poeta amigo, no promete siempre finales felices. Esto es lo ocurrió y como me lo contaron lo cuento. Un abrazo.
midala: A todos nos ha sorprendido lo que se cocinaba en ese juego, amiga mía, gracias por estar, por leer, por disfrutar, y por dejarme tus: !Torero,Torero! Inapreciable.
ResponderEliminarOriana Lady Strange: Un honor tus calificativos, escritora amiga; sólo soy un intermediario, nada má. Mi gran suerte es tener lectores y lectoras tan sensibles y creativos como tú, y mis demás compañeros de letras. Un abrazo.
Gabriela Amorós: Mutuo es el cariño, la admiración y el disfrute, poeta amiga, te aseguro que es mutuo. Gracias mil por tu refresante comentario. Un abrazo.
Diana Profilio: Si el señor Copperfield llegara a enterarse de tu comparación puede hacer desaparecer mi hablapalabra. Gracias multipremiada amiga mía. ¿Cómo van esas ediciones internacionales? Un abrazo grande.
estrella: Hola Estrella, gracias por estar, y te digo, yo me conozco muy bien, y nunca sé en qué parará lo que me permiten (los personajes) contar. Un abrazo grande.
Lapislazuli: La narratología no tiene "específicas" normas en su desarrollo, a veces los finales son los más apreciados, y otras "el corpus" lo valioso. Como sea, mil gracias por acompañarme. Un abrazo.
Diazul: No creo que este personaje vuelva a aventurarse a otro jueguito de póker ¿o sí? Con ellos nunca se sabe. Un abrazo.
Mascab: Ningún rollo, amiga mía, toda una reflexión puntual para extraer la metáfora del relato. Además, hablapalabra es vuestro, una tribuna para que digamos lo que haya que decirse. Gracias por tu discurso, nada disparatado, te digo. A veces las relaciones van deteriorándose y nadie se da cuenta, hasta la ruptura final. Un abrazo, fiel e inteligente escritora amiga.
Rosa: Otro plas, plas, plas, que me lo llevo en el corazón. Gracias, poeta amiga. Un abrazo.
ResponderEliminarMixha Zizek: Bien expresado, escritora amiga, la vida es un juego, una eterna apuesta, a veces se gana y otras ¡también! Un abrazo.
merche marín: Proviene tu comentario de una solidaridad que enternece, gracias por tus calificativos, poeta. Un abrazo.
María: Mil gracias, María, por acercarte, por compartir con nosotros estos relatos que no pretenden más que acomodarse en la literatura. Un abrazo gigante.
Chesana: Es un halago que te esté gustando este sitio, amiga mía, porque sentirme acompañado con personas de tanta calidad, entusiasma y ennoblece mi oficio. Otro abrazo gordote.
Magda: Gracias, Magda, por tu lectura y comentario; aunque he de decir que son los personajes y sus situaciones los que nos enganchan a todos. Un abrazo.
MEN: Quién sabe cómo funcionan los valores de protagonista y amigos; quién sabe cómo se urde, desde antes toda esta trama, el asunto, es que le hemos conocido y la mostramos. Gracias por invitar a tantos buenos amigos a hablapalabra MEN, mil agradecimientos.
Guille: Como hay un lugar en el mundo donde todos la pasamos bien, me halaga que su anfitrión se pasee por estas letras. Un abrazo, escritor amigo.
ResponderEliminarRicardo Miñana: Celebro que el relato te haya disparado los recuerdos, Ricardo, ¡oye! No jugaría póker con ustedes (o de pronto sí). También te deseo una semana demoledora en dicha, prosperidad y mucha salud.
Gloria María: Habrá que liberar a tu Sor Presa. Gracias, Gloria María, por estar aquí y reactivar tu espacio. Un abrazo.
TORO SALVAJE: Seguro el protagonista se volverá también un loco con personalidad múltiple. Abrazos, amigo.
Uka: Gracias, poeta amiga, ya estamos en tu nuevo blog, esperando como siempre tus buenas entradas. Te digo un secreto, extrañaremos a UKA. Un abrazo.
Ar@bia: Que nos leas y comentes ya es un premio gigante, amiga mía. Gracias por el homenaje y pronto lo compartiré con los amigos de Hablapalabra. Gracias, y un abrazo.
Aníbal Jaisért: Gracias, Aníbal, tengo la suerte de ver, casi cinematográficamente estas escenas en mi mente, ergo, sólo organizo escrituralmente lo que miro. Un abrazo, y gracias.
PiliMªPILAR: Gracias fina y contundente poeta, gracias por ver tanto en estos relatos. Un abrazo gigante.
Omar(masletrasarte): "...Que manda a decir Viviana que, gracias por reconocer la nacionalidad de Niholas"; y yo te agradezco tu tiempo y solidaridad, Omar. Un abrazo.
Cinzia Procopio: Celebro que estés de nuevo activa, poeta amiga, ojalá muchos amigos míos visiten tu blog y disfruten de tu poética.
Un abrazo.
hola Julio,
ResponderEliminarun amigo de Cuba diría a esta acción: "Pa'su escopeta! tremendo tiro!". Pero yo digo: y no puedo escoger otro momento más apropiado para irse con el otro, tenía que ser en presencia de los amigos jugando al póker?? No se lo perdono!
Una historia para el cine, ciertamente.
un abrazo^^