Con entrañable respeto y cariño,
In Memorian a la madre de
nuestro poeta: Eduardo (La vocal abierta).
Ecléctica. Esa era la atmósfera del salón. En las paredes un tapiz ocre con el borde verde de hojas y flores, una araña de, quizá, cien almendros de cristal, un piano de media cola Feurich, dos sofás modernos con sillones mullidos en piel, un enorme ventanal que daba al jardín con sus largas cortinas bermellón, y en un rincón una réplica del David de Miguel Ángel, en otro un Corazón de Jesús y más allá un pequeño busto de Beethoven.
Alexis, veía hacia el jardín, hidalgo, serio, en silencio. Eulalia y Diana charlaban amenamente en uno de los sillones. La mañana entraba con su refulgente luz en aquel lugar.
−Alexis no tiene buen semblante hoy.
−Deja al diablo en paz, no lo llames −replicó Eulalia y Diana sonrió.
−Un pajarito me contó que −jugueteó Diana con su collar−… fueron novios.
−¿Puede alguien como él haber tenido una novia? No bromees.
−De ti estoy hablando, niñota.
−¿Cómo se te ocurre que yo…?
−Vamos, chica, que eso fue en otra vida.
−Ah, entiendo. Eso ya es otro cantar.
−¿Va a seguir con eso, Diana? −Resonó la voz de Alexis desde el ventanal.
Las dos mujeres se rieron, bajaron el rostro y se carcajearon. Alexis se acercó y sentó en uno de los sillones, siempre serio, adusto y elegante.
−Me parece de muy mal gusto, Diana, esa cantaleta de todos los días.
−No sé de qué hablas, Alexis. En serio te lo digo −dijo la mejor actriz del lugar, Eulalia−. Además, no es de caballeros escuchar lo que hablan dos damas.
−Me disculpo −dijo el hombre con un bajón de cabeza−. Pero ha sido imposible dejar de escucharlas. A dios gracias aún no estoy sordo.
Eulalia se lo quedó viendo, movió los labios sin emitir sonido alguno, y Alexis se alertó. Ella siguió moviendo los labios y gestualizando; Diana comprendió aquello y también comenzó a señalar cosas y a mover los labios. Alexis se alarmó.
−¿Qué dicen? −Las mujeres seguían gesticulando− ¿Es una broma, cierto?
Diana y Eulalia prorrumpieron con una sonora carcajada, y esto sí lo escuchó Alexis quien se levantó molesto y volvió a la ventana. Ellas no paraban de reír.
La puerta se abrió y como un remolino dulce y sonriente entró Alba dando vueltas con las puntas de sus pies.
−¡Mi hijo me ha escrito!
−A ver, niña, muéstralo −pidió Diana.
Alexis se volteó a las mujeres y tras un gesto de aburrimiento volvió su vista hacia el jardín. Alba fue a sentarse en medio de las mujeres, cruzó la pierna en un gesto de inconsciente elegancia y mantuvo recta la espalda que a Alexis le recordó una espiga de trigo. Alba leyó:
−"Bailando se transforma, finge dejarse llevar cuando en realidad es ella quien marca el paso, si intentas mirar a los pies protesta, asegurando que el ritmo está en el corazón y no en los ojos.".
−Eso es hermoso −exclamó Eulalia.
−¡Déjala que lea, mujer, no la interrumpas!
Alexis se acercó a sentarse en uno de los sillones y sonrió viendo aquellas mujeres. Alba retomó la lectura:
−"Reirá hasta conocer las lágrimas; llorará a trocitos para hacer creer que ríe, sin saber cuánto dolerá su llanto. Será feliz casi sin querer, en ocasiones sólo aparentará serlo…" −bajó la vista y adivinaron que una lágrima asomaba en sus ojos. Todos guardaron silencio.
−¿Sufre por su hijo, señora?
−¡Por dios, Alexis, cómo no va a sufrir! −Qué crueldad la tuya.
−Hablaba con la señora.
Entonces Alba llevó la carta a sus labios, la besó y lanzó a todos una tierna sonrisa. A decir verdad, estaba radiante, y habló sin congojas.
−Ya no nos es dable el sufrimiento, y lo sabe Alexis, todas lo sabemos. Es que Eduardo me enorgullece, y nada más. Si lo hubieran conocido de niño −entonces volvió sus ojos a la carta y quiso leer, pero un suave quejido hizo que Eulalia la abrazara, y como un murallón soportando un mar represado, se agrietó y Alba rió suavemente, pero los demás sabían que lloraba.
Diana le arrebató la carta, le dio un beso en la mejilla y sonriendo le pidió.
−¿Me dejarías? −Alba asintió, y Diana leyó.
−"La noche le arrebatará el nombre para siempre una tarde de invierno, rodeada de sus hijos, murmurando el nombre de las lejanías, junto al Atlántico −Diana, guardó silencio, luchaba por no llorar, se repuso y continuó−. Tal vez pienses que presumo de conocerla demasiado, pero te aseguro que todo lo que he dicho es cierto, pues esa hermosa mujer de la que hablo, es mi madre.".
−¿Ven? −Repuso Alba− “Es mi madre”, no dice: “Fue mi madre”.
Alba fue al centro del salón y comenzó a dar vueltas y vueltas sobre la punta de sus pies tarareando un tango, los demás la imitaron. Eulalia aceptó el brazo de Alexis y todos bailaron enternecidos por esa carta que supo llegar a esa otra dimensión que transitamos sin saber.
Me inclino ante tí caballero. Sobran las palabras.
ResponderEliminarSólo decir que un gran beso y un abrazo para Eduardo y para tí.
Besos.
Amigo, como decimos por aquí: "Hoy estás sembráo". Tú si que me has hecho llorar. Ha sido un detalle de los más preciosos que te he leído, y son muchos.
ResponderEliminarAunque he de decir que también me has hecho enfadarme conmigo misma, pues al leer la carta en la casa de Eduardo, entendí que tan bella mujer aún vivía, sin comprender que una madre ha de VIVIR por siempre en nuestro corazón.
He perdido un hermano, también a mi padre y sé por tanto de ése dolor y ése sentirlo siempre jugueteando a mi alrededor, pero no supe leer bien entre las líneas de Eduardo y comprender en profundidad su gran amor.
Espero que lea este comentario donde me disculpo por el error!
A tí te felicito como cada día. Por la belleza de tus palabras, lo hábil de tu pluma y la generosidad de tu alma.
A Eduardo le felicito por tener un amigo como tú que le hace éste bonito regalo y, por seguir recordando tan vívidamente a Alba.
Un abrazo inmenso, especialmente hoy. :)
Julio seguro que a Eduardo le llega al corazón como me ha llegado a mi. Buena mezcla las palabras del poeta con las tuyas en este homenaje.
ResponderEliminarPreciosa la imagen de esa otra dimensión. Cuando piense en mis amores perdidos les veré bailando tangos en ese salon. Mil gracias por la imagen.
Besos desde el aire
Gran homenaje, Julio.
ResponderEliminar¡Qué gran corazón tienes!
Nos has enternecido con tu relato.
Abrazos
ion-laos: Gracias, amiga nuestra, por sumarte a este homenaje para nuestro poeta y su "ALBA". Ciertamente te digo que, cuando leí, su añoranza, su ALBA en La vocal abierta, se me estrujó algo dentro mío, y si no sale aquello en un escrito como este homenaje, seguiría allá la inquietud. Un abrazo, y otra vez: Gracias.
ResponderEliminarMascab: Siento que nos debemos, además de la amistad y el cariño, una solidaridad a toda prueba y un "estar" en cualquier momento. El poeta Eduardo nos merece acompañarle en sus momentos tan suyos y especiales, que por serlo, quiso compartirlo con nosotros ¡cómo no compartir lo que su gesto produjo en este autor! Cuando nuestro amigo te lea, sonreirá y no habrá nada qué disculpar. Un gran abrazo, amiga mía, un gran abrazo.
Rosa: Qué delicia saber que este Salón puede servirnos para pensar en los nuestros idos, felices, tranquilos y en paz. Mil gracias por tu presencia, ¡inapreciable! Abrazos desde el aire.
Jessenia: Ustedes me enternece, poeta amiga, y te digo, el verdadero homenaje viene con sus comentarios y reacciones a lo que no es más que un merecido atestiguamiento del cariño que todos le profesamos al poeta Eduardo. Un gran abrazo.
ResponderEliminarVaya dos.....increibles!!!!tal para cuál...él uno nos hace llorar recordando a su madre...el otro...le escribe un relato de su madre.Me quito el sombrero ante tí Julio, o mejor, me quito el ojo malo y lo dejo encima de la mesa!!!!!!!!!eres genial, eres un genio!!!!!Precioso homenage que me deja sin palabras y con lagrimas en los ojos.Enhorabuena a los dos por esa bonita amistad.Millllllllllllllll besos para los dos, Torerosssssssssssss!!!La plaza se levanta ante vuestra amistad y hoy os brinda, las dos orejas, el rabo y..............................................el ojoooooooooo malo!!!!!!!!!!!!!:):):)
ResponderEliminarSublime Julio... sencillamente sublime :)
ResponderEliminarun abrazo
midala: ¡Ah, mi buena amiga, nuestra buena amiga, Midala! Tus ocurrencias me han sacado del sopor tristón y añorante del relato y me han hecho reír como nunca. Sobre todo porque al ¡Toreros! La plaza de pie, las dos orejas y el rabo, has añadido un ojito que si bien hoy está malo, después del 6 de Septiembre ¡estará de maravillas! Gracias por tanto, amiga mía. Un abrazo torero.
ResponderEliminarMariluzGH: Gracias, poeta. Mil gracias por compartir con el poeta y este servidor este homenaje. Un gran abrazo.
Hermoso el comentario de Midala, increíblemente vital,
ResponderEliminarcon respecto a la historia, amigo Julio, me pareció un delicado, tierno, bellísimo homenaje a una amistad/ y a un afecto perdido;
Pues me vuelvo a emocionar, un abrazo gigante Julio.
Un escrito que traspasa umbrales y llegar a la más alta cima de las emociones acompañandolas con un delicioso tango que se contagia entre los lectores.
ResponderEliminarAbrazos
Hola Julio!! Hermoso relato. LLeno de magia y dulce fantasía. Felicitaciones amigo.
ResponderEliminarBesossssssss
Las madres siempre viven en nuestro corazón. Hermosa historia. Admiro tu sensibilidad al escribir, sabes llegar al sentimiento de los lectores.
ResponderEliminarUn abrazo.
mariarosa
Ay, mi querido amigo, me has estrujado el corazón hasta hacerlo lagrimear. (es como si hubiese estado allí y leído parte de esa maravillosa carta...)
ResponderEliminarTodavía me dura la inmensa emoción cuando leí el bellísimo homenaje que hizo Eduardo a su madre. Me conmovió enormemente la manera en que la describió e imaginé el inmenso orgullo que habrá sentido -allá, desde esa dimensión que no es distancia, pues los sentimientos la estrechan y la hacen cercana- al ver a su hijo presumiendo de ella.
En este emotivo relato me diste la oportunidad de verla bailar y festejar uno de los mayores logros que pudo conseguir: haber gestado, cuidado, educado y formado a su hijo convirtiéndolo en un hombre de bien; un ser sensible, agradecido y respetuoso de su origen. Eduardo, seguramente, lo disfrutará y guardará como un gesto entrañable de amistad.
¡Me encantó compartir el festejo y bailar ese tango! Un fuerte abrazo!!!
Hermoso homenaje que seguró llegará al corazón del poeta igual que a los nuestros.
ResponderEliminarEs muy bello recordar a nuestros seres queridos que ya no tenemos cerca con esa alegria que describes a Alba.
Gracias Julio por hacernos pensar que los que ya no tenemos cerca están felices junto a nosotros...
Un abrazo fuerte.
Aquí son las dos de la madrugada, el calor no me dejaba pegar ojo y me puse a buscar por la red las imágenes que utilizaría para la redecoración mensual de mi casa-blog. Había pedido permiso a Diana para hacer servir una pintura suya e intentaba decidir cuál de tus libros extraería de Bubok, pues mi rinconcito del escritor estaría dedicado a ti (ya no será una sorpresa). En plena faena me llega la respuesta de Diana y su recomendación para venir hasta aquí.
ResponderEliminarEs más de lo que yo pueda agradecer. Ya dije en mi blog que fue muy difícil escribir aquella entrada, pero este comentario me está costando el doble, llevo veinte minutos intentándolo.
Gracias amigo, por partida doble.
Tu texto me ha devuelto una imagen y una lágrima.
Gracias, Julio.
Muy hermoso, realmente agradable leerte
ResponderEliminarCon mi admiración
Un abrazo
Querido Julio...dos gruesas lágrimas ruedan por mis mejillas...me he impresionado muchísimo...este mundo virtual es más real que el que tengo al lado...se aman los amigos, se siente y se vibra con ellos, se estremece el alma y se abraza...Para ti y para Eduardo, todo mi cariño y bendiciones...los amo...gracias Julio por ser tan especial.
ResponderEliminarQuerido amigo:para poder extender una mano a un amigo que sufre y hacerlo de esta manera,se necesita un gran dosis de amistad,generosidad ,talento y creatividad.
ResponderEliminarMi más sentido pésame a Eduardo por la pérdida de su madre.
Mi admiración para ambos.
Un fuerte,fuerte abrazo.
Soy de lágrima fácil-lo reconozco humildemente-pero me has hecho llorar bajito por la emoción.
ResponderEliminarUffff,Eduardo leyéndolo ha debido sentir el corazón en un puño...
Hermoso.
Besos.
Absolutamente conmovedor.
ResponderEliminarNada que añadir.
Saludos.
Julio ¡que bonito!. Seguro que a Eduardo le emocionará muchísimo y le encantará que se haya hecho este "pequeño" homenaje a esa mujer tan importante en su vida y lo guardará en un lugar de su memoria y su corazón junto a ella
ResponderEliminarpara que siempre estén unidos.
Besos.
Alba no era mi madre pero lo he sentido como si lo fuera por este homenaje a Eduardo y a esa madre que no está, lo he sentido como si mi madre hubiese estado ahí con Alba en ese otro mundo, pegado al nuestro, y tan lejano, esa madre que me dejo una huella a fuego y que lo que mas desearía sería volver a sentir ese abrazo cálido y ver ese rostro sereno.
ResponderEliminarGracias por este homenaje a las madres que ya no están.
Un besito y una sonrisa :)
Aparte de tu buen hacer con las letras, si hay algo que te caracteriza, y es por lo que más te admiro, es tu solidaridad, ese estar siempre pendiente de los demás.
ResponderEliminarUna vez más, chapeau.
Besos
Hermoso relato, bellas y confortantes imágenes...
ResponderEliminarQuiero creer, no, estoy seguro como le dije hace poco a una amiga que de alguna forma nunca se van del todo, tu lo has plasmado excelentemente en este tango eterno de amistad...Bravo.
¡Bonito galardón para un amigo poeta!
ResponderEliminarLa muerte nos vuelve sensibles, nos acerca más a la realidad.
Y...seamos eclécticos.
Cuando te vas, no importa sea en verano o invierno,siempre quedará el halo de nuestra energía, tiene tanta fuerza.... que permanecerá siempre a nuestro lado.
El poeta amigo,(al que yo también le he enviado un comentario) puede sentirse tranquilo, su madre sigue ahí, a su lado, no importa en qué dimensión.
Como al maestro escritor no se le escapa nada, le diré que yo siempre voy cogida de su mano, me estoy refiriendo...
Abrazos en el corazón, para los dos.
Kasioles
enternecedor, julio. hoy he llorado.
ResponderEliminarun abrazo, enorme, poeta
Precioso gesto-homnaje a tu amigo Eduardo.
ResponderEliminarMe pareció un relato muy boníto,lleno de sensibilidad y ..creeme que yo tambien ubíco en esos salones a mis seres querídos en muchas ocasiones.
Esta vez el final me pareció hermoso...tan hermoso como el recuerdo eterno.
Felicitaciones por tu bonito regalo a tu amígo...y a todos los que te leemos.
Un abrazo para tí, y otro para Eduardo.
Julio...homenaje...es con j!!!!!!!!!!jajajajajjajajajaj y esto de ver como uno quiere hasta parece que tiene disculpa y noooo,lo puse con g,a saber porque...porque de sobras se que homenaje,es con j!!!!!!!:):):Besi´ñosssss
ResponderEliminarhermosos cuadro de familia y de época, donde los valores que los unen trascienden las palabras, saludos querido poeta
ResponderEliminarConmover, ofrecer vívidos momentos en nuestras historias a los lectores, es más que un logro.Es estar en el camino, aunque siempre "Se hace camino al andar..." como dijo Machado en sus versos. Es decir que el camino no existe, se forja con la dedicación a escribir cada día frente el horizonte infinito
ResponderEliminarConmovedor el tema y lo logras... conmover a tus lectores.
Juan Ojeda: Gracias, amigo mío, por volverte a emocionar. Nuestra amiga Midala, pese a sus quebrantos oculares aquí está siempre apoyándonos y eso es invaluable. Un gran y emotivo abrazo.
ResponderEliminarJoana: Así es, querida, todo lo que concierna a nuestros seres queridos, habríamos de expresarlo en una clave de ternura, amor y optimismo y no el macabro discurso de un más allá incierto y tenebroso. Un gran abrazo.
Gabriela Maiorano: Tus palabras siempre certeras y animosas para que Hablapalabra siga su camino con entusiasmo y positivismo. Celebro que te gustara el relato. Un abrazo.
mariarosa: De alguna manera, amiga mía, los escritores tenemos como principal oficio, la palabra sí, pero una palabra que provoque algo en nuestros socios (lectores), si no les brindamos "una emoción" siquiera, hay que reflexionar el oficio. Mil gracias y un abrazo.
Diana Profilio: Mi querida, Diana, gracias por enternecerte y empáticamente estar en ese Salón. Este relato, ya lo sabes, se catapultó, precisamente de la buena pluma del poeta Eduardo, y tal como tú dices: "(...)Me conmovió enormemente la manera en que la describió e imaginé el inmenso orgullo que habrá sentido -allá, desde esa dimensión... al ver a su hijo presumiendo de ella.". Ello dio vida a este relato-homenaje-abrazo. Mil gracias, escritora amiga. Un gran abrazo.
Gala: Las gracias te las doy a ti, querida amiga, por acompañarnos en este homenaje a esa gran mujer, la madre del poeta, quien nos contagió el amor y la ternura, emociones sin las cuales no hubiera nacido el relato. Un abrazo.
Eduardo Fonseca Muñoz: Gracias, querido Eduardo, apreciado poeta, por tu comprensión y generosidad y aceptar este Homenaje a tu ALBA. Ciertamente, es un riesgo "recrear" a alguien tan amado -por ti- sin caer en cursilerías o proselitismos vanos. Como verás el tratamiento es digno, amoroso y el reto era no defraudar tus recuerdos. Y el agradecimiento es nuestro hacia ti, poeta, por ser quien eres y estar siempre con nosotros. Un gran abrazo.
Rosa.E: Bueno es, de cuando en vez, darnos un abrazo entusiasta y cariñoso. Celebro que lo disfrutaras, amiga mía. Un abrazo.
ResponderEliminarCinarizina: Te lo digo, poeta, cuando leí la publicación del poeta Eduardo, contándonos sobre su madre me ha ocurrido lo mismo que a ti, tanto que tuve que volver para poder dejarle un comentario. Y tienes mucha razón, este mundo virtual es más real de lo que muchos imaginan, cuando la buena voluntad ejerce su dominio a través de la palabra; entonces la amistad, el cariño y la consideración dan un primer paso para abrazar a nuestros amigos, y sentirlos cerca nuestro, como te sentimos a ti. Otra vez, mil gracias por tu afecto. Un abrazo.
Elsa: Sí, querida amiga docente, se necesitan esos ingredientes, pero principalmente cariño, como éste que nos une a todos nosotros en Hablapalabra y que atestigua que ¡sí podemos caminar juntos! Un abrazo grande y mil gracias.
Marinel: Tu presencia, escritora amiga, es maravillosa para este espacio, por supuesto, pero hoy, más significativa para nuestro poeta Eduardo, estoy seguro de ello. Mil gracias. Un abrazo.
TORO SALVAJE: Gracias, Xavi, por venir y acompañarnos. Un gran detalle el tuyo. Un abrazo.
Rosi: Sí, querida, aunque el objeto del relato era Homenajear a doña Alba y abrazar a nuestro poeta Eduardo, también servirles a ustedes un pequeño mensaje esperanzador de pensar a nuestros seres queridos que han marchado en otro estadio de paz, tranquilidad y alegría. Un abrazo.
Simplementeyo: Celebro que el texto te significara más que palabras, amiga mía. Ciertamente, tu servidor ha sido huérfano desde los 8 años y pocas imágenes tengo de mis padres, pero cuando un amigo rememora a su Madre, ahí saldré al paso con mi oficio para abrazarle. Un gran abrazo, amiga mía, y mil gracias por venir.
María: Escritora amiga, ¡de eso se trata! ¡Para eso somos amigos! Ten la seguridad de que siempre estaré ahí donde se necesite un espaldarazo y la animosidad para provocar una sonrisa. Tú nos das mucha alegría. Un abrazo.
ResponderEliminarclochard: Te agradezco en el alma tus comentarios, escritor amigo, y mil gracias por la dedicatoria que de tu cuento haces para este servidor tuyo. Te pedía autorización para colgarlo en Hablapalabra, tú decides. Otro doble Gracias, y un abrazo.
los pucheros de kasioles: ¡Hermoso tu comentario, querida amiga, muy hermoso! Positivista, universalmente amoroso, y con esa carga de sentirnos queridos. Un gran abrazo.
kynikos: Tu sensibilidad, escritor amigo, provoca esas reacciones, principalmente porque eres un artista, y no lees las palabras ¡las vives! De eso hace mucho nos hemos enterado. Gracias. Un abrazo.
Ar@bia: Qué gusto que hayas vuelto, Ar@bia, ciertamente, tamibén nosotros te hemos extrañado. Otra vez, ¡bienvenida! Un abrazo.
Maribel Cano: Mejor es pensarlo así, querida Maribel, pensar que están bien, que no padecen los atávicos sufrimientos con los que las religiones acometen el más allá. Mil gracias, y un abrazo.
midala: ¡Lo siento mucho, Midala querida! Lo sentimos pero "Homenage" en esta entrada es con G y no con Jota como nos lo has querido hacer creer. No importa, querida amiga, si no lo mencionas, ninguno nos hubiésemos enterado ¡de la terrible falta de ortografía, por dios MIDALA, qué horror! Está bien, amiga, tu ojito, la emoción del tema, tu empeño por escribir rápido... en fin. Gracias. Un abrazo.
La abuela frescotona: Qué gusto verte por aquí, amiga mía, celebro que disfrutaras este relato-homenaje a nuestro poeta Eduardo. Un gran abrazo.
ResponderEliminarLeticia: Aprecio y agradezco tu sensibilidad y criterios para dejarnos tus apreciaciones, escritora amiga. Mil gracias por tanto que nos das. Un gran abrazo.
Un bonito homenaje como no podía ser de otra forma,¿hay algo más bonito que la admiración y respeto de un hijo hacia su madre?,les debemos tanto...
ResponderEliminarComo siempre un placer leerte.Un abrazo Julio.
Querido Julio te he mandado dos correos
ResponderEliminarpara decirte que sería un honor y un privilegio
que un relato mío apareciese en HABLAPALABRA.
Por lo visto copié mal la direccíón o algo falla en este mundo virtual.
Disculpa mi torpeza, el cuento lleva tu nombre
puedes disponer de él como gustes.
Un fuerte abrazo.
Bosón de Higgs: Gracias, amigo mío, por tu contento, tu solidaridad y acompañarnos en este homenaje a la madre del poeta. Un abrazo.
ResponderEliminarclochard: Ya autorizado, entonces, escritor amigo, planearemos su publicación (¡muy agradecido por el gesto!) en Hablapalabra. Otra vez, gracias. Un abrazo.
DIANA PROFILIO: Olvidaba agradecerte, artista amiga, el aviso que dieras al poeta para venir a Hablapalabra. Tu gesto -siempre tus gestos- de unirnos, tampoco pasa desapercibido para este autor, quien atestigua cómo siempre provocas el acercamiento, la noticia a tiempo para que nos podamos unir en un hermanado abrazo. Gracias por avisar a nuestro poeta Eduardo de esta entrada, y discúlpame por "no darme cuenta a tiempo". Un gran abrazo, amiga nuestra, gran, gran abrazo.
ResponderEliminarUF... Tengo que ser sincero y decirle que me tomó una segunda lectura entender el contexto (y el tema) del cuento. Y cuando uno lo comprende (probablemente más pronto que yo) recibe de golpe todo el peso de la historia sin poder escapar.
ResponderEliminarImpresionante relato, Julio.
Que esté bien, saludos.
Emanuel Carrizo: Sí, amigo mío, hay un contexto, y abusando de dicho antecedente -este autor- no se ocupó en otras descripciones. Celebro que (aún en la segunda lectura) haya penetrado el relato y disfrutádolo. Un gran abrazo, escritor amigo. Ya estuve en su SOL DE JUNIO, "Su autopsia a un cuaderno" ha estado fenomenal. Otro abrazo. ¡Hoy tenemos Laboratorio!
ResponderEliminarTu cariño no tiene límites, cada día nos lo demuestras un poco mas…ERES INCREIBLE. Este homenaje ha sido maravilloso. La ternura que has escrito es preciosa. No me extraña que Eduardo se quede sin palabras… las mías tampoco quieren salir, solo lo han hecho unas lagrimillas impacientes que ya no podían esperar más. Un bessito a los dos.
ResponderEliminarEn primer lugar, disculpa Julio que te conteste tan tarde, pero he estado dos días sin ordenador.
ResponderEliminarDejando de lado esto, me ha gustado mucho tu relato, como siempre, no lo digo por decir. Eres digno de admiración.
Muchos abrazos. Rosa.
Estimado Don Julio, estoy de pie y aplaudiendo, he lanzado mi sombrero al ruedo, no cabe duda que la pluma que su mano empuña y desliza sobre el delicado campo virtual escribe palabras, versos y poemas con la magia que trasciende a esa dimensión que transitamos sin darnos cuenta.
ResponderEliminarA Eduardo, un fuerte abrazo acompañado de esperanzas de fe que su querida Madre se encuentra disfrutando de las bendiciones celestiales, desde donde lo sigue viendo todos los días.
Con mucho aprecio,
MEN: Mi buena amiga, tú harías lo mismo por cualquiera de estos buenos amigos que te seguimos y apreciamos tanto. Estoy seguro de ello. Sea, mejor un gran abrazo antes de que las lagrimillas vuelvan a brotar ¡hay que celebrar la amistad! Un abrazo.
ResponderEliminarRosa Mª: Siempre he dicho y sostenido que son ustedes los dignos de admiración, porque, seamos honestos, son quienes mantienen palpitando Hablapalabra, sin ustedes, este autor poco tendría que hacer por aquí. Un abrazo y gracias.
CAMPO LITERARIO: Ha de saber don Hernán, que sus palabras son el "necesario alimento" para un escribiente como su servidor. Realmente estimulante. El poeta Eduardo, seguro que ha leído su mensaje y lo guarda en el corazón. Es usted, muy generoso. Un abrazo.
Julio,
ResponderEliminarVim do blog do Eduardo, que convidou a todos a ler o texto que você escreveu em homenagem a sua mãe Alba. Já havia lido o texto dele e amei,agora li o teu e posso dizer que realmente foi uma grande homenagem que fez a ele(ele é um fofinho mesmo. Texto maravilhoso, onde mesclou o texto dele ao seu.
Parabéns!
Impecable!!!!!
ResponderEliminarEdu nos ha invitado a pasar por acá, y se lo agradezco...
Saludos Don Julio, muy bueno lo suyo...
Brillante Julio, y un conmovedor homenaje a la mamá de nuestro Querido Amigo Eduardo! Muchas Gracias por esta publicación. Saludos cordiales.
ResponderEliminarLo único que me apetece es bailar, bailar con música de letras maravillosas.
ResponderEliminarBlogsaludos
Julio! Que bello escrito, me conmueve una vez mas. Alba ha dejado la mas grande de las admiraciones. Un abrazo inmenso a ambos dos.
ResponderEliminarVuelvo a pasar para dejarte un fuerte abrazo y mis felicitaciones!!!! Un placer ver y sentir como las emociones y los lazos se van entretejiendo, cada vez más estrechamente. ¡Una fiesta para el corazón!
ResponderEliminar¡Divinas conexiones!
ResponderEliminarSimplemente precioso.
Abrazos sinceros Julio.
Marta.
Marly Bastos: Gracias, Marly, ciertamente es un homenaje a la madre de nuestro poeta Eduardo, y utilicé algunos textos suyos para substanciar el objeto del relato: Una carta escrita por el hijo. Gracias por venir a abrazar al poeta Eduardo. Un abrazo.
ResponderEliminarLA NOVIA: Saludos grandes, amiga mía. Me ha resultado muy grato que el poeta Eduardo les haya invitado a pasar por este Relato. Un gran abrazo.
SUSANA: Las gracias las doy yo, escritora amiga, por su visita, su cordialidad y dejarnos las emociones que el relato haya hecho surgir. Un abrazo.
Adivín Serafín: Bailaremos, amigo mío, en la fiesta de la hermandad, el optimismo y la alegría. Un abrazo y gracias por venir.
Cecy: Hay que leer la dedicada entrada de Eduardo en La vocal abierta, para enternecerse, Cecy, te lo digo, simplemente fabulosa. Un abrazo.
Diana Profilio: Bien lo has dicho, artista amiga, una fiesta para el corazón, un remanso para el espíritu y un abrazo a la amistad y el positivismo. Gracias por pasar de nuevo. Un abrazo.
Una soñadora más: Hermanarnos en la palabra, habría de ser un objetivo de estos sistemas que nos permiten dar a conocer nuestra obra literaria, inquietudes o quehaceres. Unirnos como hermanos, como una gran familia. Gracias por venir. Un abrazo.
De Anuar llegué a Eduardo y de él a Julio, me alegra enormemente conocer nuevos escritores y poetas cada día con este milagroso enlazarse de los blogs literarios. Felicitaciones!!!!!
ResponderEliminarRealmente hermoso y muy emotivo, os admiro mucho a Eduardo y a ti amigo poeta, hay que sacarse el sombrero ante tanta maestria con la pluma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo lleno de mi cariño.
Excelente! Pude ver con nitidez a todos los personajes, me familiaricé con ellos, me emocionó la carta, me conmovió el final. Muy muy buen texto.
ResponderEliminarJ&R
Julio,
ResponderEliminarsiempre llego tarde pero sabes que estoy. Ante este homenaje a Eduardo... no tengo palabras para decirte lo que me haces sentir. Me inclino totalmente tocada por tu manera de ser y bendigo haberte conocido y tenerte cerquita.
Un abrazo de osa.
Creo que nada es casual y que sois humanos, maravillosos, grandes poetas. Me encanta leeros y estar entre los seguidores de vuestros trabajos. Me encantan vuestros textos. Un abrazo.
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