Cada espejo es el umbral de un laberinto
por el que cada quien transita y en el que cada
quien se observa,
quien se observa,
magnifica o lastima, tras de lo cual, vuelve a su recorrido
mientras del otro lado ocurre lo mismo…
infinitamente.
Elsa pasó muy mala noche –tenía colon irritable− y aunque aún no amanecía decidió levantarse, también de mala gana. Sintió la calidez de sus pantuflas de toalla meterse en sus pies y dejó que la encaminaran al baño; cepilló sus dientes y pensó en su hijo hospitalizado a raíz de un accidente automovilístico un días atrás. Estaba fuera de peligro; sólo tenía una pierna enyesada, el tabique de la nariz roto y una impresionante deuda por los daños a un autobús. Se enjuagó la boca, sacudió el cepillo, lo colocó en el vaso de plástico y alzó la vista al espejo. No le gustaron las ojeras, los amarillentos ojos y las odiosas arrugas flanqueando los pómulos; se volteó malhumorada. Un milisegundo después −cosa que ella no vio− la imagen en el espejo chasqueó los dientes, también giró, y nerviosamente volvió a la pequeña clínica donde una enfermera la esperaba para tomarle la presión; así lo hizo y, sin que sonara a alarma, la enfermera se lo dijo:
−Debe calmarse, doña Esther. Todo en la vida tiene solución.
−Lo sé −dijo por decir algo.
Luego que la enfermera se quitó el estetoscopio y lo dejó colgando en su cuello, destrabó el brazalete y murmuró un “todo bien”, Esther se puso de pie.
−Usaré de nuevo el baño, tengo la boca amarga.
−Enseguida viene el doctor.
Esther volvió al baño, escupió, se enjuagó la boca y mojó sus manos, arrancó una servilleta de papel del dispensador y quedó muy seria frente al espejo mientras se secaba; tiró con molestia el estropeado papel y se retiró sin ver que la imagen en el espejo, una fracción de segundo retardada, también dio media vuelta, se acercó a una puerta que abrió y se topó con otra mujer que entraba con urgencia.
−No salgas, Enma −la tomó del brazo, la llevó al lavabo y le susurró−. Tu marido acaba de entrar, está en la barra.
−¿Y Marcos lo ha visto?
−Tu conquista está sana y salva. Pero si ni se conocen −encogió los hombros−, ¿o sí? Quédate aquí… ya ingeniaremos algo.
Aquella mujer abrió la puerta, se volteó, guiñó un ojo a Enma y se marchó. Enma fue otra vez al espejo, sacó de su bolso una redonda esponja y la pasó por su frente y mejillas −unos minutos antes, radiantes y dichosos, y ahora tensos−. Guardó la esponja en su bolso y dio la espalda al espejo decidida a salir del baño, sin ver, por supuesto, que su imagen sonrió burlonamente y también se marchó y se encaminó por un largo pasillo hasta llegar a la sala de terapia intensiva. Fue directamente a una cama en la que un hombre mayor convalecía de una operación de próstata. Observó la manguerilla que salía de entre la sábanas hasta una bolsa plástica al pie de la cama, y −pese a algunas gotas de sangre en la orina− dictaminó que todo estaba bien; fue viendo, con una mirada general a otros pacientes y salió de la sala rumbo a la cocina. Allí estaba el doctor José Sierra, preparándose un té.
−Buen día, doctor.
−Hola, Elva.
−Se lo ve cansado −dijo mientras se servía café.
−Dormí un poco.
−Pero se lo ve cansado −insistió Elva removiendo el azúcar.
−¿Sabes que soñé que me accidentaba? Mi pobre fémur se partía en dos y, envidioso, también el tabique. Eché a perder mi lindo auto.
−Atiende muchos pacientes, doctor −dicho esto se retiró.
El joven médico bebió pensativo el té. Otro doctor entró apresurado y colocó una tablilla de aluminio en la mesa frente a Marcos.
−Aquí lo tienes, querido, todo tuyo.
José recorrió con sus ojos aquella hoja prendida en la tablilla y no quiso contarle a su colega sobre el sueño.
−Femoral y tabique. Qué bien.
−Saldré de viaje. Evalúa tú si usamos pernos o varilla −dicho esto lo dejó solo.
José terminó el té −y tablilla en mano−, fue al baño; lavó sus manos y por un momento se observó en el espejo, realmente parecía cansado.
−Nada ocurre antes, ni después −dijo ausente; secó sus manos, recogió la tablilla y se marchó.
La imagen en el espejo también se retiró con la espectacular sincronía de eso que recién había dicho “Nada ocurre antes, ni después.”. Se reintegró al salón del restaurante extrañándole ver −por las vidrieras− a Enma y su amiga yendo al auto de la segunda. Cuando alcanzó su mesa, Enma había dejado escrito en una servilleta: “Sólo síguenos, Marcos, luego te explico”. Vio unos billetes sobre la mesa y no esperó a que el mesero fuera con la cuenta, levantó su pulóver y fue a la playa de estacionamiento en el que las mujeres salían haciéndole señas con las luces. Arrancó su auto, se dio prisa y alcanzó a verlas, aunque no entendía por qué iban como locas, hizo presión en el acelerador y vio por el espejo retrovisor si había policías atrás de él, volvió la vista a la avenida sin percatarse del largo parpadeo que su imagen en el espejo hizo cuando Esther retiró el espejo de mano frente a su rostro.
−Nada del otro mundo, hijo. Cirugía plástica y como si nada hubiera pasado.
−¿Podré caminar?
Esther asintió, luego volvió sus duros ojos a Marcos.
−¿Qué pasó al fin?
−Luego te explico.
Dicho esto, en su mente apareció la letra de Enma sobre la servilleta y algunas imágenes del accidente, en tanto en otro punto del espacio y del tiempo, un vehículo era lanzado por un ómnibus contra un poste, y un anciano, sentado, se veía en el amplio espejo de la pared mientras una enfermera secaba su torso.
−Yo atendí en este hospital, hace mucho tiempo.
−Todos sabemos eso, doctor Sierra.
−Hace mucho tiempo −murmuró el anciano mirando fijamente al espejo donde esperaba que la imagen hiciera otra cosa distinta a sus gestos, y lo hizo, cuando la enfermera arrastró su silla fuera del baño, pero él no lo vio.
Gracias Julio por compartir tus relatos. Espero que este comentario no se borre o se vuele...O lo que sea que bloger hace con ellos.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Parecía la historia de todos tus "tus" o de todos nuestros "yos". Me ha encantado ese juego de personajes desfilando tras el espejo del otro espejo. El final, como siempre, sorprendente y con una especie de "Continuará" que incita a imaginar otro final, y otro más, y otro...
ResponderEliminarBesos, Julio. Tus relatos son ejercicios para la imaginación.
Juego de espejos..donde todos desesperan por aparecer o desaparecer de otra manera..ese yo narcisista o provocador..que ejerce ese bruñido azogue que dibuja lo que no queremos ver..
ResponderEliminarUn cuento fascinante..
Saludo Don julio
Sublime juego de espejos y realidades paralelas, como sólo puede hilvanar un talento como el suyo amigo Julio... este es otro de los cuentos que el frutillar apunta en la carpeta de "Ultra-memorables"; es un despliegue de creatividad y sencillez magnífico.
ResponderEliminarcuando leo este tipo de Cuentos, que considero un culto a la percepción me dan ganas de ser personaje, así como lo son Juan y Ojeda, pero quisiera ser dirigido por un talento como el de Julio Díaz-Escamilla.
Un enorme abrazo desde la tierra de la nieve y la ceniza.
Brillante juego del espejo y los personajes. Te aplaudo querido Julio, gran imaginación.
ResponderEliminarmariarosa
Uno, que ya te empieza
ResponderEliminara conocer a través de tus relatos
Antes de leer se acomoda en alerta
ya conoce que en cualquier momento
encontrara una trampa.
Pero no escarmienta
ya en el cuarto renglón se dejó atrapar
por la historia y después de varias sacudidas
Se desbarranca tras en un final inesperado.
Enhorabuena Julio
Estaré mirando por sobre el hombro lo espejos
Un abrazo
Con el debido respeto, creo que Borges hubiera envidiado este relato, hiciste una creación magistral con los espejos, su especialidad.
ResponderEliminarInteresante relato en el que las imágenes reflejadas cobran vida y marcan destinos...
ResponderEliminarGracias por compartirlo!
Desde las arenas doradas del sur, lo saludo, con mis pies mojados...
Interesante juego de espejos y personajes que has enlazado con tu maestria. una barzo
ResponderEliminarHola Julio!! Los espejos son muy delatores y juegan con nuestra imagen. Muy bueno amigo. Tu superposición de tiempos me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo
Querido amigo: que decir, si Daniel expreso a la perfección lo que me pasa cuando vengo de visita.
ResponderEliminarMis Felicitaciones!!!
Un beso....
Gran relato Julio,misterioso este mundo de los espejos sino que se lo digan a la Alicia de Lewis Carroll.Es increíble desde que me miro en ellos hace años,ya no soy el mismo,he cambiado infinidad de veces,quizás mis anteriores 'yos' están atrapados al otro lado.Tú nos has dejado un magnífico relato sobre espejos y bucles de espacio tiempo muy interesante,da miedo pensar en caer en un laberinto temporal.Digno relato que bien podría ser un capítulo de la serie 'Dimensión desconocida'.Un abrazo,gran Julio.
ResponderEliminarSiempre creí que detrás de los espejos había un mundo diferente al nuestro. Solo ellos reflejan lo que realmente somos y solo nosotros lo vemos en ellos. Saben demasiado…
ResponderEliminarLo mismo que tu, sabes demasiado y me dejas KAO con tus relatos maestro. Un bessito
Esta vez, quizás más que nunca, quiero que tu relato no sea fruto de tu inagotable imaginación, sino como dicen en las películas, "basado en hechos reales". Lo único que no me ha gustado es que tiene final...¿o no?
ResponderEliminarUn abrazo de la imagen simétrica de Mercedes.
No tengo palabras, tal vez porque sigo con la boca abierta tras leer este magistral juego de espejos infinito y mecanismo de precisión exquisito.
ResponderEliminarComo no tengo palabras cogeré las de Juan Ojeda y las haré mías, espero que tanto él cómo tú sepan disculparme el plagio o usurpación.
Un fuerte abrazo.
Julio, el día que el espejo se rebele contra nosotros y no nos siga el juego nos vamos a parecer todos a Alicia en el País de las Maravillas. Un caos.
ResponderEliminarMe ha gustado el relato de la ¡ostia!, muy bueno ¿eh?.
Un abrazo, mi amigo.
De los infinitos "yo" que pululan en universos paralelos, de los tiempos que son nuestros sin saberlo.
ResponderEliminarCada espejo que nos mira es un espejo que a su vez refleja otra mirada; al darte la vuelta dejas de verte, y de verlo, pero el espejo sigue mirando.
Magnífico relato, Julio, muy muy bueno, te felicito
Abrazos
Ío
Los espejos nos hacen pisar tierra, siempre mostrando la imagen más real de nosotros que a veces no coincide con la que se desea o con la que se cree tener. Dicen que no mienten pero sí son un poco traicioneros.
ResponderEliminarMe he detenido en esa frase: "todo tiene solución" y me acordé de ese refrán: "en mal de muerte no hay médico que acierte".
Saludos desde esta ciudad en fiestas y buen fin de semana amigo Julio.
Ufff...Julio..
ResponderEliminar¡Me va a dar miedo mirarme a un espejo desde hoy..!jajaja
¡Qué maravilloso ingenio el tuyo para hilar tus relatos...!
¿La imagen de los espejos en los que nos reflejamos no es mas que nuestra imagen en una dimensión desconocida...?
¡Cuantas vidas paralelas deberemos tener..,Julio...jajaja!
Entonces...,¡por eso me pareció esta mañana, mientras me peinaba en el espejo, que al darme la vuelta,mi propia imagen me sacó la lengua burlándose de mí..!jajaja..
-pensé que habían sido imaginaciones mías...-
La próxima vez que me dé la vuelta, me volveré a girar rápidamente,y le arrearé un tortazo..¡por lísta..! jeje
Un relato magistral Julio,con el que imaginé otras vídas a través del espejo...
tendré cuidado cuando mire por el retrovisor del coche...¡que susto..ayyyy..!
Somo ciempre de teseo duenísimo bía(oye cuando leo estas despedidas, me suenan a despedidas sin dientes..juaaasjuas..,¡te prometo que los conservo todos..ehhh?!)y de tejo mesos biles..jeje
Julio...muy interesante relato del espejo que nunca miente.
ResponderEliminarSabes que prueba hacer para saber si alguien detra del espejo esta observandote...
Apoya la uña de uno de tus dedos...en forma horizontal, contra el espejo...si no hay un espacio entre tu uña y la del espejo, estan espiando...( por ejemplo en un probador etc)
Disculpa si mis comentarios no son de poeta o escritora...( me encanta participar)ademas el traductor no me permite los acentos...me lo señala debajo de la palabra en rojo.
un Beso
Asombrante capacidad de síntesis y paralelismos! Un cuento cortazariano! Lo sigo de ahora en más a usted.
ResponderEliminarpd: Colon Irritable!
Una puerta abierta a la metafísica, realidades paralelas, tiempos en otros tiempos.
ResponderEliminarBuen fín de semana en el ahora Julio.
Un abrazo.
Querido amigo: los epígrafes que sostienen el relato son decisivos e inteligentes!
ResponderEliminarCada uno ingresa al laberinto,algunos encuentran la salida,otros se ven en los espejos del sinuoso camino y algunos otros los niegan.
El relato me parece magnífico,despliegas imaginación,observación y técnica.SÓLO es lo que "veo".
Un abrazo para ti-
Rosa: ¡Aquí lo tienes! Enteramente aromando Hablapalabra con su solidaridad, entusiasmo y esa fragancia a Rosa tan peculiar. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarMerche Marin: Ahora se trataba de otra fábula, poeta. Un contínuum brotado desde un punto (una persona) y extendido al otro lado del espejo, eso es todo. Celebro que lo disfrutaras, pero más nos alegra que te hagan reflexionar, que nos viertas tus conceptos y con ello, nos acompañes. Un abrazo.
Prudencio Hernández Jr.: Una especie del observador observado, digo “sólo una especie de”, aunque siempre lo fabular y lo lírico es vigorizado por la mente que “les observa”. Un comentario que tiene el Don de su palabra, amigo mío. Un abrazo.
Juan Ojeda: Me quedo con tu “Sublime juego de espejos y realidades paralelas,”, porque en síntesis eso significa Umbrales, es la fabular serpiente mordiendo su propia cola y OTRA acción disparada de un reflejo, de un mismo punto gestual. Gracias mil, Juan, millón de gracias, señor Ojeda. Un abrazo, amigo mío.
Mariarosa: Humildemente recibo tu aplauso, escritora amiga, y agradezco esta mutua lectura que nos permite disfrutar, porque, principalmente, la literatura es recreación, es exponer a otras mentes nuestras producciones y aprender de lo observado y comentado por los demás. Un continuo aprendizaje del valor de la palabra escrita. Un abrazo.
Daniel Eduardo Gómez: No te sientas tan solitario en ese rictus de la lectura, amigo mío, porque al escribirlo también este autor experimenta los dichos estadios de la incertidumbre, la sorpresa y el supuesto “engaño o trampa”. Escribo, te confieso, desde una imagen devenida en mi parte consciente −entiendo que la misma ha recorrido un largo trecho en el subconsciente, y sólo hasta ese momento he tenido el talento de la observación− y a veces, también lo reconozco, me pierdo en el vértigo de las imágenes, y cometemos los innúmeros errores en Hablapalabra, pero es parte del juego, de la apasionante noria creacional. Un agradecido abrazo por dejarte sorprender.
ResponderEliminarMaría Cristina: El señor Borges se sentirá incómodo con esta comparación; de mi parte la acepto en el corazón y te agradezco infinitamente tus conceptos. Un abrazo.
Algamarina: Asumo que hay una sincronía en que dos imágenes se encuentran en ese Umbral (espejo) pero cada una de ellas ve reflejada su propia imagen (es sólo una hipótesis) y no la otra, la que está del otro lado. Un abrazo hasta las arenas doradas del sur.
Lapislazuli: ¿Un barzo? Google no pudo traducirlo, ni el diccionario de la RAE, pero me encontré un glosario de Fulcanelli y “barzo” significa “Abrazo”, y la explicación que este hermeneuta da, es que, la palabra tiene su origen en una extrema velocidad mecanográfica. Interesante concepto. Mil gracias, amiga mía, por acompañarnos. ¡Otro barzo para ti!
Gabriela Maiorano: También a mí me ha gustado ¡y mucho! Esta superposición de tiempos y espacios, que no se me ocurrió a mí, sino a la fábula en sí. Gracias por venir. Un abrazo.
Hola Julio
ResponderEliminarUn relato estupendo e inquietante. Ahora cuando me mire al espejo, me alejaré durante un segundo de él, esperando ver que la imagen desaparece a la vez que yo. Más que nada por lo que podría pasar o pasa ;).
Como siempre, es un placer leerte.
Besotes.
Vim conhecer seus Blogs... Muito bons...
ResponderEliminarEu estou deprimida...
Beijo
Julio buen relato, los espejos nuncan mienten.
ResponderEliminarFeliz domingo
Un abrazo
Oriana Lady Strange: Nuestro querido, Daniel, a veces −porque me ha ocurrido cuando llego a otro blog, él o nuestro Juan Ojeda, ya han escrito un precioso comentario, dejándome sin argumentos− se nos anticipa; pero vale la pena saberte en la misma frecuencia de un escritor como él. Un abrazo, y mil gracias por venir.
ResponderEliminarBosón de Higgs: Me ha gustado tu sugerido: “Dimensión desconocida” como título de serie ocupándose de toda esta fenomenología espacio-temporal. Mil gracias, amigo mío, por tanto que desparramas en Hablapalabra. Un abrazo.
MEN: Los espejos son un objeto muy, pero muy misterioso, y sirve para autores como yo, poder desenganchar su concepto de mueble para transportarnos a otras atmósferas fabulares. Mil gracias por venir, querida MEN. Un abrazo.
Mercedes: Qué decirte, amiga mía, que si puede verse es “real”, porque si la imaginación es susceptible de ser receptada con otros sentidos que no son los convencionales pero LO VEMOS, entonces aquello observado es real. El final es un contínuum “infinito”… espero. Un enorme abrazo y gracias por venir.
Clochard: Ni plagio ni usurpación, escritor amigo, simplemente nuestro Juan Ojeda se nos adelante algunos pasos (en tiempo, espacio y conceptos) y cuando llegamos ya ha dicho lo que nosotros habríamos de decir. Me parece que tiene algún espejo extraño y eficiente, él o el señor Ojeda. Como sea, para este autor es muy, pero muy importante tus permanencia en Hablapalabra, amigo mío. Un abrazo.
Impresiones de una tortuga: Gracias mil, amiga mía, por tu continua lectura; ello nos asegura que Hablapalabra cumple sus cometidos, entretener y estrechar lazos de hermandad. Un enorme abrazo.
Ío: Como eres poeta −estupenda poeta, añado− puedes sintetizar al súmmum del relato.
ResponderEliminarLo cual no deja de ser un halago y al lago de tanta exhuberancia conceptual añado en un pequeño riacho (parece reiterativo, pero no lo es) de agradecimiento. Un abrazo.
Loli Salvador: Son todo un tema los espejos, querida amiga, todo un tema. Ello no ha de impedirnos que nos unamos a la celebración de tus fiestas y que sigas brindándonos estupendas publicaciones. Un abrazo.
Maribel Cano: La desventaja con los espejos es que, dependiendo de la energía del tortazo así serán los fragmentos del mismo. La otra es que has de perder el total campo visual (percepción ocular) para que opere la otra dimensión gestual, y, para finalizar, los espejos pueden burlarse de nosotros, toda vez, nosotros no nos burlemos de ellos (parece trabalenguas, pero no lo es). ¡Ah! Y los retrovisores de automóviles, por ser recubiertos por un protector del mercurio base y su concavidad se diseña para reducir la reflexión (imagen más pequeña) no nos sirven para aplicar “al cien por cien” la tesis aquí planteada −con ello se lava las manos el autor−. Esgamos sitos cursajes meniosos, miga amía. Abrazos.
Doris Dolly: ¡En toda mi casa hay espías! No existe el tal espacio entre mi uña y la superficie del espejo en que he puesto mi dedo ¿tiene que ver con que mis dedos son cibernéticos? En fin. Voy a hacer la prueba en el primer espejo de un probador, y te contaré. Los comentarios, amiga mía, provienen de un lector o lectora, no precisamente de un literato, así que, con que me hayas leído y tengas algo que decir, ¡eso es lo importante en Hablapalabra! ¡Pero los acentos! Voy a bajarte dos puntos por la falta de ellos, pero te sumaré cien más por el esfuerzo acometido. Mil gracias. Un abrazo.
Lucía Camila Leiva: Eso me ha encantado, porque soy admirador −de los pocos que realmente admiro− de Julio Cortázar. ¡Oye! Eso del abrazo “al papá” ha sido un golpe bajo. Gracias y bienvenida en nombre de todos y todas mis amigos y amigas que me acompañan, todos nos sentimos honrados con tu presencia. Un abrazo. ¡Me extrañó tu post data: Colon Irritable. No es fabular, existe el desarreglo clínico. Otro abrazo.
Ion-Laos: En el ahora recibo tu saludo, tus apreciaciones y me dispongo a transitar un aquí y ahora −ya tapados todos los espejos en casa−. Gracias por tu enorme visita, amiga mía. Un abrazo.
Elsa Tenca-Mariani: Y lo que ves, me parece producto de una lectura atenta y alerta. No sabes lo agradecido que queda este autor con tus conceptos, tus aportaciones y el tiempo en que redactas tus impresiones. Un abrazo grande.
María Eugenia−Vida y Muerte: Sé que estás familiarizada con estos temas, amiga mía, tu experiencia psíquica está tan desarrollada que podrás dar explicación a los misterios aquí planteados. Nosotros sólo desarrollamos “literariamente” el tema. Un enorme abrazo, y ¡gracias!
Jacque: Espero que tu depresión no tenga relación con ¡haber conocido estos blogs: A viva voz y Hablapalabra! Porque si no, habremos de hacer algo. Gracias por tu visita, y esperamos que no sea la primera y única vez que te acercas. Un abrazo.
Rosa.E: Seguramente que no mentirán; de eso puedo dar fe. Un abrazo y también te deseamos un feliz Domingo.
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ResponderEliminarTu ingenio es alucinante.
ResponderEliminarDe verdad.
Miro el espejo y ahí hay un impostor mirándome.
Cada día.
No se cansa.
Cualquier día lo mataré.
Saludos.
Brillante, enigmático, inquietante.
ResponderEliminarUn beso
Ana
Quizá el espejo solo sea el reflejo de nuestro yo más interior.
ResponderEliminarBesitos.
ayyy.. me dá miedito saber que hará el espejo cuando le doy la espalda...al igual que Maribel Cano me gustaría que cuando este frente a él dar la vuelta y me vuelva a girar super rápido para alcanzar a ver que hace jajaa...lo cierto es que nos guste o no..el reflejo del espejo es el reflejo de nuestro propio "yo"
ResponderEliminaraishh..hasta me fuí sin despedir..jajaa..creo que sí me dió miedito..
ResponderEliminarBuen domingo.
Besos.
La vida es una sucesión de gestos, situaciones,y cruce de caminos y de personas, tu añades el juego doble de los espejos y la haces todavía más interesante.
ResponderEliminarInteresada y enganchadita me has tenido hasta el final.
Muchos cariños.
Hola de nuevo
ResponderEliminarQuerido Julio:
Volví para agradecerte el comentario vertido
en "Por siempre vestida de blanco".
Me agrado mucho
y por eso lo coloque sin tu permiso
A la cabecera de mi blog, con tu imagen
y un enlace directo a esta página.
Creo que es la forma más apropiada
de devolverte tu gentileza
de mencionarme en "A viva voz"
Pero este nuevo comentario
tiene un interés de mi parte.
Me comentaste que has escrito
"Corre Delfina"
Y "Canta, calandria, Canta"
y quisiera leerlos. Me agradaría que hubiera forma de poder hacerlo.
Un abrazo
Siempre andamos en ese baile de espejos, con o sin máscaras, reflejando en ellos la imagen de una cruel realidad que a veces transpasa la ficción.
ResponderEliminarExcelente relato. Un ver y ser visto constante, bajo prismas deformes.
Un abrazo enorme, Julio.
Buenos días Julio: Yo ya sabía que entrar en Hablapalabra, era como una caja de sorpresas.
ResponderEliminarLa entrada de hoy, donde has dado rienda suelta a tu imaginación, llega hasta el extremo de reflejar lo que hacen nuestras neuronas a través de un espejo.
La imagen, que de nosotros mismos nos devuelve un espejo, siempre será distinta.
No es de extrañar que nos muestre tantas otras como vidas existen en tu relato.
Si los espejos fuesen capaces de hablar...
¡La cantidad de mensajes que podemos enviar con sólo cambiar la expresión de nuestra cara!
Sonriamos, amigo, haremos que el mundo sea un poco más feliz.
Abrazos en el alma.
Kasioles
Espejos, reflejos del corazón, realidades, ficciones, sincronías, historias... muchas veces las vemos desde el umbral y otras participamos directamente.
ResponderEliminarFabuloso cuento Julio.
Me encanta la magia que imprimes a tus escritos. Muy buenos de verdad.
Un abrazo
Julio, se me acaban los elogios!!! prometo empezarme leer el diccionario...
ResponderEliminarSolo decirte que la que está al otro lado del espejo cuando me miro...no se quien es...no la conozco!!!! así que prefiero no asomarme porque hay veces que me asusta.
BESOS.
Ingenioso paralelismo y retratos en los espejos, me ha encantado sobremanera.
ResponderEliminarGrande amigo!
un gran abrazo para vos.
Una buena narrativa Julio, la realidad se refleja en los espejos.
ResponderEliminarfeliz semana.
un abrazo.
TORO SALVAJE: No dejes que ése, el del espejo, te amedrente, querido amigo. Saludos y gracias por venir.
ResponderEliminarAna Muela Sopeña: Guardo tus calificativos como muestra de tu generosidad, poeta. Un abrazo agradecido.
Rosi: Tal vez, querida amiga, es posible, puede ser, aunque lo más probable es que ¡a saber! Un abrazo y gracias por acompañarnos.
Diazul: En ese milisegundo en que nos volteamos ha de ocurrir el fenómeno que plantea este cuento, amiga mía, probablemente. Te agradezco en todo lo que vale la visita y tus impresiones. Un abrazo.
alondra: Ciertamente, ha sido fascinante escribir este cuentico, Alondra, por los significados y claves que de él desprendemos, cada quien de acuerdo a nuestra experiencia, y si lo único que atestigua la vida es la experiencia, la de "vernos en el espejo" es muy, pero muy importante (sin narcisismo, digo). Un abrazo.
ResponderEliminarDaniel Eduardo Gómez: Te agradezco en el alma el que hayas extraído mi comentario e insertado en un espacio preferencial de tu blog, aunque, siempre lo que hago es con enorme cariño para ustedes que tanto valen, sin esperar, ten la seguridad devoluciones o palmaditas. ¡Gracias, poeta, por ese gesto tan generoso de tu parte! Por aparte, y con mucho gusto, te enviaré por correo electrónico estas tres obras de teatro que recogen las figuras históricas de la Delfina y (el Supremo) Pancho Ramírez:"Corre Delfina"
Y "Canta, calandria, Canta" dedicada al poeta Gaspar L. Benavento. Un abrazo y gracias por interesarte en mi producción teatral.
La Zarzamora: Es un mérito de Hablapalabra poder satisfacer la lectura de escritores de la talla de ustedes, te lo digo con el corazón en la mano y la vanidad sentada aquí, a la par mía. Un enorme abrazo.
Kasioles: Estoy sonriendo, amiga mía, porque como lo dejó comprobado Pavlov, con sólo ver tu nombre en Hablapalabra se me hace agua la boca y llegan los deliciosos aromas de tus Pucheros. Agradezco tu comentario, tu permanencia entre nosotros y que sonriamos juntos. Un abrazo.
ResponderEliminarBelkis: Todo un universo en esa plataforma plana de un espejo, Belkis. Todo un misterioso mundo de emociones, tiempos, espacios y sentimientos. Gracias por venir -hazlo más seguido-. Un abrazo.
METAMORFOSIS: He sonreído con tu comentario, querida amiga, porque me has transmitido ese temorcillo a ser observado por ese otro Julio que siempre, siempre hace lo mismo que yo hago en el espejo, pero me queda la duda si ciertamente hace lo mismo cuando yo me retiro. Enorme abrazo y gracias.
Omar(enletrasarte//masletrasarte): Mil gracias, poeta, por disfrutar Umbrales, y llevarte un gozo, aunque sea pequeño, cuando nos acompañas. Grande abrazo para ti también.
Ricardo Miñana: Celebro que lo disfrutaras, poeta. Aprovecho para decirte que me cuesta mucho entrar a tu blog, hay un pop-ups -según el aviso de google- que no me permite entrar. Por supuesto que seguiré intentándolo. Un abrazo.
Hola Julio! interesante lugar, gracias por sus historias tan llenas de vida... La realidad en el espejo, reflejos del alma... Me gusto pasar a leerle un placer.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo;)
Me encantó tu relato sobre los espejos.Estos son juguetones,a veces reflejan lo que el alma no quiere,pero siempre dicen la verdad.
ResponderEliminarTe aplaudo por tu maravilloso ingenio.
Besos sin espejo
Querido Julio:
ResponderEliminarGracias por tu generosidad
Espero ansioso esos correos con tus obras
Te paso mi correo personal
nidaeldore@hotmail.com
Nuevamente gracias
Un abrazo
Interesante relato sobre reflejos juguetones y realidades perturbadoras, gracias por compartirlo tocayo
ResponderEliminarSiempre pensé que los espejos son increibles, mágicos... reflejan una imagen , que no sabemos si es cierta o solo lo es para nuestros ojos... pero.. ahora sé que el mago eres tú, que haces con ellos lo que te da la gana...
ResponderEliminarMe encantó tu juego de historias reflejadas.
Besitos mediterráneos.
Inquietante, amigo. Como las sombras que se advierten con el rabillo del ojo en un pasillo, sin llegar a concretarse. Sí, ya sé que son ilusiones ópticas...pero...y si no? Los espejos y su ilusión a veces inquietan, y luego de leer tu relato más aún.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Carlos Alberto: Qué decir, amigo mío, que nos sentimos honrados por su visita, que esperamos, a partir de ahora establecer un intercambio de lecturas y opiniones, y que ha de considerar a Hablapalabra su segunda casa informática y a todos estos escritores y escritoras ¡sus amigos! Un abrazo, y bienvenido.
ResponderEliminarMORGANA: El espejo, espejo es; mas lo reflejado ¿será realmente lo que perceptan los ojos? o ¿una invención de la mente? Como sea, feliz de tenerte con nosotros. Un abrazo, guerrera.
Daniel Eduardo Gómez: Gracias a ti, querido poeta, por el interés y solidaridad. En cuanto haya un espacio te envío las obras. Otro abrazo.
STARLIGHT: Gracias a ti por la visita, que tener un chapín en Hablapalabra siempre nos hace palpitar el cariño por esa Guatemala tan hermosa y tan sufrida. Un abrazo.
Gala: Y a mí me ha encantado que nuestra flamante Alcaldesa (tan famosa ya en Penyabogarde) nos honre con su visita. Mil gracias por tanto cariño. Un abrazo.
Eduardo: Personalmente prefiero pensar que hay algo más allá de los reflejos, las sombras y silencios, y que sólo hemos estado un poco tuertos científica y filosóficamente. Un abrazo, poeta, y gracias por venir.